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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES D W T T TC' T A DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Publicada por orden del Consejo Superior de la Universldad SECRETARIO DE LA DIRECCIO6N: DOCTOR MARIO A. RIVAROLA ANO VI- TOMO XI (ARTICULOS ORIGINALES) BUENOS AIRES Direci6n y Administraci6n 430- VIAMONTE 80 378 AL' B1A LAIN AMERIC VlJ IA UP LA U NI BUENOS AIRES DISCURSO DE APERTURA DE LOS CURSOS DE LA FACULTAD DE DERECHO CIENCIAS SOCIALES, PRONUNCIADO POR EL SR. DECANO DR. D. WENCESLAO ESCALANTE Sefior Rector; Sefiores Acad6micos y Profesores; J6venes Estudiantes: Abrimos los cursos de la Facultad de Derecho y I cias Sociales, en un moment sugestivo, que invita mds profundas meditaciones. Porque seri vana la ins ci6n abstract de aquellas ciencias, si no prepare pa: precisa estimaci6n de nuestro estado social y de los blemas que comporta. Somos un pueblo en formaci6n, sobre un territorio ain no hemos concluido de estudiar y conocer en elements fisicos y en las influencias que estos eje sobre los diversos 6rdenes colectivos. Igual observe puede hacerse respect 4 los demds factors de nu, sociabilidad. Y sin embargo, s61o con tal conocimiento podrf eficazmente aprovechar por complete las fuerzas fa, bles y contrarrestar las adversas. La raza misma de nuestra poblaci6n naciente es cuesti6n compleja; y si nuestra primordial necesidad < de aumentarla, no debemos desperdiciar la ocasi6n de leccionarla en lo possible y prepararle por instituci REVISTA DE LA UNIVERSIDAD adecuadas un crisol que la funde bien y la constituya con homogeneidad. El espectAculo de los contratiempos y amargas dificul- tades de algunos pueblos con razas heterogeneas no refun- didas, debe aleccionarnos para nuestra propia direcci6n. La fertilidad de esta tierra y la benignidad de su clima atraen grandes grupos inmigrantes que fortifican el me- dio econ6mico produciendo una riqueza material que a veces nos marea. Debemos refundirla para que se forme un adecuado tipo national en el caracter y las costumbres. La orga- nizaci6n vigorosa de la familiar, del municipio y del estado, no s61o con una direcci6n de progress material, sino mo- ral, cientifico y politico, debe constituir un molde en que al mismo tiempo que el cuerpo se desenvuelva el alma national con tendencies elevadas. Las oscilaciones que produce las avenidas inmigrantes, deben gobernarse de manera que en vez de perturbacio- nes desordenadas, s6lo produzcan un movimiento ritmico y armonioso con la linea central de altos ideales nacio- nales. Muy incomplete 6 ineficaz para el bienestar de nuestro pais seria un progress con el caricter dominant de una agrupaci6n de simples agricultores, reunidos accidental- mente desde los cuatro puntos cardinals, para producer carnes y cereales, sin vinculos entire si, sin espiritu civic, sin costumbres morales ni preocupaciones cientificas. y artisticas. Nuestro estado politico actual pareceria indicar esa di- recci6n extraviada, si no se percibiera ya, aunque vaga y debilmente, algunos germenes de reacci6n. La primera condici6n para remediar el mal es conocerlo, y no hay duda que por lo menos lo sospechamos y que por lo tanto nos hemos de colocar en la via de su cu- raci6n. DISCURSO DE APERTURA 7 Aludo A este sincope de la vida civic que se parece A la muerte de la Repiblica. Sintoma tan alarmante im- pone el studio de sus causes y efectos, a todos los pa- triotas y especialmente A los cultores de las ciencias so- ciales. Hace mas de medio siglo que organizamos y adoptamos definitivamente la forma republican de gobierno, para cuya eficacia es indispensable la constant acci6n civica; la configuraci6n de una democracia representada, exige la vida popular, si no ha de ser un mero fantasma ima- ginativo. Sin pueblo representando no cabe sino el cau- dillaje 6 la oligarquia. Los altos fines de un pais libre han de ser llenados por la sociedad misma, garantizada en la seguridad de su es- pontineo desenvolvimiento, por los poderes piblicos libre- mente elegidos y controlados. Por esto ademas de las atribuciones political de los go- biernos, se require el ejercicio de los derechos que ellos deben garantizar y que el pueblo debe practicar. Sin esta double acci6n la normalidad y salud de la vida political es impossible. Ante todo, pues, es indispensable que la sociedad ejerza sus derechos fundamentals de elegir sus representantes y que luche constantemente por veneer todos los obstAculos que se le opongan para ello. Para ese ejercicio con la base de los 4erechos de reu- ni6n, de petici6n y de publicidad, se forman las agrupacio- nes political llamadas partidos, que discuten y estudian los problems A resolver y seleccionan los candidates, que como representantes gubernativos han de procurar la mis acertada soluci6n. IY c6mo se ha de constituir esa representaci6n si los que han de ser representados abandonan el foro de la vida piblica? Si echamos una mirada sobre los pueblos realmente REVISTA DE LA UNIVERSIDAD libres, veremos que sin la acci6n de grandes partidos que reciprocamente se controlen, no es possible disfrutar de los beneficios de la libertad. Porque 6sta no debe ser espe- rada como una didiva de los gobiernos, sino como una perfecci6n elaborada por las propias manos de los pue- blos. Entretanto parece que nos hubi6ramos olvidado de esta ley de la vida social y relegaramos la acci6n civic, como insignificant 6 innecesaria para el progress na- cional. Asi estamos expuestos a encontrarnos de repente con grandes obsticulos para nuestra civilizaci6n, amontona- dos por nuestra indiferencia. He aqui uno de los grandes problems que se impone al studio de los soci6logos, y a la acci6n de los politicos de alto vuelo y de todos los ciudadanos patriots. No es lugar este de descender al nivel de los diversos circulos para critical sus actitudes; pero con independencia de ellos y deseandoles por el contrario el acertado despliegue de sus actividades, tenemos el deber de no ser c6mplices con el silencio de los problems que impone nuestra situa- ci6n. Y si desde este punto de vista general y elevado, descen- demos al examen de las actividades de las diversas parties de nuestro organismo colectivo, surgirin como por encanto los problems sociales que se imponen al studio. iCuiles son las causes de la imperfecci6n de nuestra vida civica? ZConviene acaso fortificar el cuerpo politico incorpordn- dole los elements apartados de ella, aunque sean solida- rios en la acci6n colectiva civil? iNuestras instituciones han sido y son realmente efica- ces 6 deben acomodarse mejor y complementarse para producer mayores beneficios? DISCURSO DE APERTURA 9 Y en el orden cientifico: la instrucci6n ptiblica en sus diversos grades esti bien organizada? Y en el orden econ6mico national e international: esta bien determinada nuestra orientaci6n y bien resueltos los problems de nuestra producci6n, distribuci6n y consume; de nuestra circulaci6n monetaria, de nuestras finanzas? La petulancia del charlatanismo populachero responder que todo march como en el mejor de los mundos; pero la observaci6n tranquila del desvelo patri6tico no se mos- trari tan satisfecha. El progress material nos deslumbra con las elevadas cifras de nuestra producci6n; pero ademis de no ser 61 mas que una parte de la civilizaci6n, falta saber si el mismo, mejor encaminado, no seria much mayor. En todo caso, no es la perfecci6n en los pueblos ni en los individuos el mero desarrollo del organismo fisico con la atrofia de los ideales y de los goces intelectuales y morales. El cultivo de las ciencias sociales nos dari las ideas y normas de soluci6n de nuestras deficiencies colectivas. Mas para ello es indispensable que no se encierren en la abstracci6n de ensefianzas te6ricas y convencionales, sino que discipline las inteligencias en la observaci6n direct de los fen6menos concretos de la vida colectiva. Tal es la aspiraci6n de los mas eminentes pensadores de las ciencias sociales proclamando el m6todo hist6rico como el instrument mis adecuado para renovarlas y desarrollarlas. MAs propiamente debe decirse metodo sociol6gico, que comprende todos los 6rganos y funciones de la vida colectiva y no nos expone A las profundas deficiencies de la mera historic. El studio de todos los 6rganos de la sociedad, desde sus celulas elementales. hasta los mas complicados, el de las funciones respectivas en su coexistencia y sucesi6n coordi- REVISTA DE LA UNIVERSIDAD nadas con las acciones y reacciones reciprocas y del medio fisico, es el inico que nos puede dar la clave para resolver los problems que plantea. Me refiero naturalmente A los hechos fen6menos, no A la faz racional de los grandes principios y sus consecuencias, cuyo papel trascendental queda integro y librado al campo deductivo de las respectivas ciencias. Y bien: constatemos con satisfacci6n que nuestra Facul- tad no ha permanecido extrafia a la novisima orientaci6n, y que desde 1900 proyect6 un plan de studios que la adop- taba y que fu6 sancionado rigiendo desde entonces para la carrera de abogado. La parte relative al doctorado, qued6 sin vigencia hasta que se volvi6 A proyectar en 1904. Sancion6se en 1906 un nuevo plan, cuyos inconvenientes determinaron luego su suspensi6li, no habiendose puesto en practice, y continuando en realidad el de 1900, para la carrera de abogado. Preocupado constantemente de tal problema, proyecte desde luego una reproducci6n de los primitives planes de indole sociol6gica, y la Facultad no ha dejado de mano el asunto hasta que A fines dcl afio anterior le dedic6 largas y prolijas sesiones terminando con la sanci6n de un plan 6 desarrollar en siete afios, de los cuales los seis primeros se requieren para el diploma de abogado y el iltimo para el de doctor. El significado de este plan, como el de sus antecedentes, no ha sido dividir y separar completamente las materials requeridas para la abogacia, de las exigidas para el doc- torado. Por la naturaleza misma de ellas y por su estricta coor- dinaci6n aquella complete separaci6n hubiera sido imposi- ble sin grave perjuicio de los studios y baja desastrosa del nivel intellectual de los abogados. Por nuestros planes tradicionales 6stos nan estudiado DISCURSO DE APERTURA siempre no solamente los c6digos de fondo y las leyes de procedimiento, sino tambien el derecho international, el constitutional y administrative, la economic political, las finanzas y la filosofia del derecho. Asi su preparaci6n les debe los elements indispensables no solo para las tareas del foro sino tambi6n para la vida pfiblica. Nuestra escasa poblaci6n no ha permitido, ni permit pensar en una division de trabajo estudiantil entire los abogados y los economists y soci6logos, por ejemplo. Y esto mismo result mis dificil si las materials complemen- tarias para el doctorado no son obligatorias para la aboga- cia y quedan en realidad voluntarias para los que espon- tineamente quieran aprenderlas. La especializaci6n de las funciones se deja librada A la evoluci6n de cada uno despues, concluida su carrera, segin sus aptitudes practices y las influencias del medio social. Resulta asi que aunque aparentemente dividido en dos parties el plan reciente para la abogacia y el doctorado, es uno en realidad, coordinado arm6nicamente desde el pri- mero hasta el s6ptimo afio, el cual no comprende mAs que un complement de lo que se ensefia en los seis primeros. C6mo podria integrarse el conocimiento del derecho como orden social y como ciencia, sin el de sus fundamen- tos racionales y el de su evoluci6n en los diversos tiempos v en los distintos pueblos? Y la economic political, podria ser fecunda como mera ciencia deductiva y abstract sin el studio del desarrollo de los hechos econ6micos? Nada dire de las finanzas como aplicaci6n de aqu6lla y sobre todo como resultado de las experiencias de los pue- blos en la prActica de los gastos y recursos pfiblicos. Y bien: la Facultad, al revisar su plan de studios y complementarlo con los del doctorado, ha torado definitiva- mente la orientaci6n mis trascendente, v sobrepuiado en su VISTA DE LA UNIVERSID organizaci6n A la gran mayoria de las anAlogas de otros pauses. Y lo ha hecho gradualmente y sin saltos bruscos para que la transici6n sea suave y no' perjudique en lo mis mi- nimo, sino que por el contrario beneficie A los estudiantes que han empezado en afios anteriores. Los seis afios que se requieren para obtener el titulo de abogado, son casi iguales en sus materials a los que rigen desde 1900. Naturalmente el nuevo espiritu ha impuesto ligeras mo- dificaciones especialmente en el primer afio, que rige solo para los que han comenzado bajo su imperio. Asi la en- sefianza de la sociologia se practice desde el afio anterior. La filosofia general que, encerrada dentro de los limits de un curso annual, resultaba tan elemental como la de los colegios nacionales, ha sido reemplazada por un curso es- pecial de psicologia normal, morbosa y criminal, bIase in- dispensable para abordar con provecho el studio de las ciencias sociales. Renunciamos pues A remediar las deficiencies de pre- paraci6n que suelen traer los bachilleres, limitAndonos A explorarla por medio de un examen de ingreso, que siquie- ra obligue al repaso de algunos ramos. Mis de medio siglo de experiencia en la ensefianza pre- paratoria no ha sido todavia aprovechada en la adopci6n de un plan de studios secundarios eficiente y firme si- quiera en sus elements substanciales. El m6todo de la imitaci6n 6 de las concepciones a priori no ha dado resultado y es urgente reemplazarlo sobre la base segura de la observaci6n y prolija descripci6n de los ensayos realizados, en sus causes, efectos y modalidades. Esto confirm la direcci6n que la Facultad procura impri- mir A la soluci6n de los problems sociales, y entretanto ella confia en que sentida por todos la necesidad de la DISCURSO DE APERTURA 13 reform, 6sta no lia de tardar en producirse por los 6rga- nos correspondientes. Tal vez pueda hacerse la objeci6n de que dedicamos de- masiado tiempo al studio exeg6tico de los c6digos; pero pensamos que no ha llegado ain la hora de la sintesis, que debe ser precedida por el anAlisis que es su base in- dispensable. Ella esta pr6xima, sin embargo; porque una vez comple- tado el studio analitico de nuestro cuerpo de legislaci6n, debe comenzar el ensayo de su sint6tica exposici6n, que permitirA tal vez en adelante reducir algo el tiempo que se dedica, para aplicar el que se economic a mayor desarro- 1lo de las rnnfteriqS; _~OCriOl lOiCpS VISTA DE LA UNIVERSID) cevoluci6n de las instituciones del derecho privado mo- derno>. Hubiera deseado por mi parte que con el mismo criterio se denominara el segundo afio del derecho procesal, redu- ciendo la exposici6n de la legislaci6n national, al primer afio; pero esto puede ser material de los programs que se adopten y del criterio de los profesores. Las citedras de derecho administrative comparado y de historic constitutional argentina, recientemente sanciona- das, pueden considerarse como especializaciones de la de chistoria comparada del derecho pdblico moderno. En cuanto al orden econ6mico que tan creciente impor- tancia toma como fuerza y como ciencia en el desarrollo de la civilizaci6n modern, figuran tambi6n las catedras mis esenciales. Ensefiandose la economic clasica y las finanzas en los primeros afios, era convenient en primer termino comple- mentarlas, amin para los abogados, con un studio elemental de la political econ6mica argentina,, destinado a subdivi- dirse y especializarse en el porvenir con relaci6n 4 los grandes grupos de las industries, commercial y de transpor- te, agricola y manufacturer argentinas, examinando su evo- luci6n y sus problems. Pero la tranformaci6n y adelanto de la economic political contemporAnea, exije el examen de los fen6menos vitales de la riqueza piblica en su coordinaci6n y desarrollo su- cesivo, como parties de la vida colectiva A esto responded la citedra de cevoluci6n econ6mica ge- neral que comprende no s6lo la de las doctrinas, sino principalmente la de los hechos econ6micos. El orden cientifico v de instrucci6n piblica, estA repre- sentado tambi6n por una catedra destinada A estudiarlo. Resulta asi, que el plan de studios de nuestra Facul- tad recientemente sancionado, no obstante ser gradual y no implicar cambios bruscos, esta inspirado en los iltimos ade- DISCURSO DE APERTUR. Jantos ae las clencias sociates y pueae tigurar con honor entire los mejores de las universidades mis notables, sin dejar por ello de ser perfectamente arm6nico con la indole y las necesidades de nuestro pais. Facil le serA al charlatanismo improvisador y superfi- cial formular critics: pero no se fundarAn ni en arguments s6lidos ni en la legitima autoridad. Y sobre todo, la nega- ci6n 6 destrucci6n, necesitaria para ser eficaz la propuesta concrete de un plan mejor y mis adecuado a nuestro pro- greso. Entre tanto hemos seguido paso a paso nuestra propia experiencia, para fundar en ella la reform, predicando con el ejemplo. Pero la acci6n de la Facultad no se ha limitado a esto para la practice mis resuelta de la nueva orientaci6n. Convencida de la imperiosa necesidad de iniciar nuestra historic, con la exacta y prolija descripci6n del desarrollo de nuestras diversas actividades colectivas, principalmente en lo politico, lo juridico, econ6mico y cientifico, adopt para ello el proyecto que tuve el honor de presentar para sacar a concurso las respectivas monografias, con ocasi6n del centenario y subdivididas en su material, de manera que pudiera terminarse para la gran fiesta national. Nada nos parecia mis digno de ella que presentarnos no s61o materialmente ricos, sino perfectamente conscientes de nuestro pasado, de las ensefianzas de la ciencia para aprovecharlo y con rumbos seguros para desarrollar nues- VISTA DE LA UNIVERSIDi bajos, necesitAbamos recursos de que ni la Facultad ni la Universidad disponen, y por medio del digno Rector de 6sta, los solicitamos del Poder Ejecutivo, presentAndole todos los antecedentes, para que a su vez los recabara del H. Congress. Desgraciadamente, el proyecto no le fu6 remitido a iste, y me vi obligado A darle noticia de 61 A una de sus comi- siones que tuvo la deferencia de consignar en la ley del centenario una clAusula que sancionada permit al P. E. ayudar i la Facultad para iniciar aquellos trabajos, ya que el tiempo para concluirlos ain imperfectamente, es cada dia mas insuficiente. En todo caso la iniciativa no se perdera, porque respon- de a una imposici6n de nuestra evoluci6n social, para aban- donar el vicioso procedimiento de los eternos tanteos, y de las imitaciones y copias services de instituciones ex6ticas, y de las improvisaciones sobre falsas concepciones a priori, que no tienen para nada en cuenta el organismo que pre- tenden curar 6 perfeccionar. Otra sanci6n de la Facultad, inspirada en las mismas ideas ha reglamentado y determinado los temas que se han de tratar en las t6sis para el doctorado. Esperemos entretanto, que no ha de quedar omitido el orden hist6rico y cientifico en los festejos del pasado y los votos patri6ticos para el porvenir, cuando nos entreguemos a conjeturarlos entire los bellos colors de un gran pueblo feliz y enriquecido con los dones de la tierra, de la liber- tad, la moralidad, la ciencia y el arte. La imperfecci6n de nuestra vida civica, A que me he re- ferido antes, con la falta de partidos tradicionales 6 intran- sigentes, ofrece en cambio una compensaci6n de que el espiritu patri6tico ha de aprovechar seguramente para presentar a nuestra querida patria en la mis radiante luz de su horizonte. Por lo mismo que carecemos de partidos definitivamen- DISCURSO DE APERTURA te constituidos 6 intransigentes, es muy possible su con- fluencia en una conciliaci6n que se proponga obtener la inscripci6n y sufragio de los ciudadanos y constituir un gobierno con los mis competentes y experimentados sin distinci6n de viejos colors partidistas, que d6 garantias a todos y se mantenga elevado sobre lospequefios intereses y pasiones, seleccionando sus colaboradores y abriendo el amplio estadio de la vida civic para que el pueblo la ejerza con la constancia y actividad propias del gobierno republican. iQue grandiose espectAculo ofreceria asi la Naci6n Ar- gentina, entrando a la nueva centuria de independencia como a la anhelada tierra de promisi6n despu6s del do- loroso viaje! Todos debemos aspirar i ello y trabajar cada uno en su esfera por su realizaci6n. Estudiemos, pues, maestros y discipulos; penetremos con la paciente observaci6n los fen6menos de nuestro propio cuerpo; conozcimosnos a nosotros mismos; preparemos la organizaci6n de un cuadro siquiera para la disciplinada empresa intellectual. Que el centenario sea una ocasi6n para acentuar nuestra orientaci6n trascendental y que ven- gan a colaborar en ella en libros, en conferencias 6 cursos libres todos los que se sientan con alguna convicci6n itil para el adelanto de nuestra ciencia incipiente 6 de nuestra civilizaci6n. Y vosotros, j6venes estudiantes, representantes del pr6xi- mo porvenir, aprovechad vuestra situaci6n libre de los enconos y las preocupaciones de la lucha social, para ate- sorar las ideas, la discipline y los hibitos de observaci6n y studio en la tinica epoca propicia, A fin de utilizarlos despu6s como los instruments mas preciosos para labrar vuestro bienestar y el de la patria. Asi realizar6is las esperanzas que siempre depositamos en vuestras nuevas fuerzas, los que consideramos insufi- REVISTA DE LA UNIVERSIDAD cientes las propias, para los grandes ideales que alimenta- mos, sin refugiarnos en la pereza y la inacci6n de un optimism egoista. Que no os deslumbren los fugaces fulgores del exhibi- cionismo 6 las artes que forjan las mistificaciones de las falsas personalidades. Solo es duradero, digno y eficaz el verdadero merito como perfeccionamiento obtenido por la virtud y el trabajo de las propias manos. Con tales anhelos, tengo el honor de declarar abiertos los cursos de 1909. W. ESCALANTE. Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. STDOCTOR TATMP R T CO) DISCURSO DEL DOCTOR GREGORIO ARAOZ ALFARO EN EL ACTO DEL SEPELIO Sefiores: Profundamente conturbado el espiritu ante el pavoroso desenlace de esta breve lucha, reacia la mente todavia i comprender el brutal aniquilamiento de un hombre joven en plena robustez y en plena acci6n, vengo, en nombre del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias M6dicas A deplorar amargamente la perdida de una de los miem- bros mis antiguos, mis conspicuous y mis respetables de nuestra Escuela de medicine. A pesar de su juventud-apenas pasaba los cuarenta afios-habia, en efecto, el doctor Costa elevddose de un modo tan gradual y tan constantemente ascendente que encarnaba a la perfecci6n el esfuerzo persistent e irresis- tible del que, desde estudiante ya, persigue con decision inquebrantable el prop6sito de alcanzar no s61o la posi- ci6n mis elevada en el saber, sino tambien la nobilisima satisfacci6n de ser un dia maestro respetado y prestigioso en la misma casa que le diera los primeros elemeaios de la ciencia. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD Asi, poco tiempo despues de egresar como alumno y practicante sobresaliente, Costa entra de nuevo, por con- curso, como professor suplente de fisiologia, a la Facultad de medicine al mismo tiempo que ocupa un puesto bri- llante, como professor de ciencias naturales, en la ense- fianza secundaria Luego, creada la citedra de fisica medica, la Facultad lo escoge, con loable acierto, para fundarla y dirijirla. Y, por fin, en la primera elecci6n realizada por el cuerpo de profesores, result electo miembro del Consejo Directivo, A pesar de ser uno de los mas j6venes profesores de la Escuela. Es que Costa habia mostrado, durante toda su actuaci6n anterior, una inteligencia, una laboriosidad y una rectitud tales que su elecci6n como consejero se imponia a la ma- yoria de los profesores. Habia sabido ser en parte el inspirador, y en parte el colaborador principal y mis eficiente, en la tarea que se impusiera un hombre de gran talent cuya desaparici6n premature la Facultad no ha deplorado tal vez bastante el Dr. Jos6 M. Astigueta, professor titular de fisiologia y creador del primer laboratorio experimental de nuestra Escuela, a la par que factor importantisimo y primordial en todos sus progress decisivos. EL DR. JAIME R. COSTA consigui6 crear alli un laboratorio bien dotado en que los alumnos se ejercitaran con fruto en las investigacio- nes de la fisica aplicables I la medicine; form numero- sos discipulos hibiles en todas las manipulaciones moder- nas; y hace algunos afios decidi6 la voluntad inteligente del Decano y de los acad6micos de entonces para fundar en el Hospital de Clinicas un Instituto de fisioterapia, anexo A su cAtedra, que ha merecido los mAs justos elo- gios de todos los extranjeros que lo han visitado y de muchas revistas europeas. Cientifica y profesionalmente, Costa ha sido entire noso- tros el principal vulgarizador de la radioscopia y radiogra- fia, y sus trabajos numerosos sobre el diagn6stico y el tratamiento por los rayos R6ntgen, hacen verdaderamente honor A la literature m6dica argentina. En la Asistencia PAblica, no s61o fu6 un secretario la- borioso y estimado, sino que cre6 y orden6, bajo la admi- nistraci6n del Dr. Coni, todo un organismo del mAs alto interns piblico: el servicio de desinfecci6n, medio podero- sisimo de profilaxia y de saneamiento, que diriji6 durante muchos aiios con acierto y dedicaci6n encomiables. En la citedra como en el ejercicio de la profesi6n, como en los cargos de funcionario piblico, ha sido siempre Costa un modelo de contracci6n al trabajo y al studio, un espiritu abierto A todas las novedades, orientado ha- cia las grandes aspiraciones y regido por las several re- glas de una honestidad y una dignidad profesionales real- mente ejemplares en estos tiempos de moral acomodaticia y vacilante en que, por desgracia para la humanidad y para el pais, de la reclame impidica y descarada se va descen- diendo por muchos cada vez mis en un bajo comercio de explotaci6n y de engafio para el cual debemos reclamar con insistencia el peso de la ley penal, y la sanci6n several, que ya se hace esperar demasiado, de los cuerpos cientificos y de la sociedad inteligente y honrada. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD iQue lo digan, sefiores, todos sus colegas de profeso- rado aqui presents! iQue lo digan, mis bien, todos los discipulos que, en tantos afios sucesivos, han recibido su enseiianza y su ejemplo! iQue digan todos ellos si Costa no fue un maestro ejem- plar, erudito, laborioso, eficientisimo, claro para concebir y para exponer, seguro en sus raciocinios, insinuante en el animo del alumno, entusiasta siempre y siempre en acecho de lo nuevo y de lo mejor, nunca satisfecho de si mismo, en constant aspiraci6n hacia la meta luminosa que no hemos de alcanzar nunca, pero hacia la cual tiende nuestro espiritu sin cesar empujado por la mortificante y saludable duda-ese eterno martirio y ese eterno estimulo de las inteligencias superiores! Costa era un espiritu insaciable de saber, en constant movimiento, en continue evoluci6n. De ahi no s61o sus largas lectures, su reconocida erudici6n m6dica y bio- 16gica, sino tambien ese afAn de viajar, esa tendencia, que dificilmento reprimia, A ir de un lado a otro, de Europa A America, de universidad en universidad, de laboratorio en laboratorio, preguntando, observando, investigando todo lo nuevo, todo lo que podia traducirse en un mejoramiento para 1l y sus discipulos, todo lo que podia constituir un progress para el tratamiento de sus enfermos. Por eso A los cuarenta afios era un viejo, reposado, sereno, concienzudo. Porque habia visto much, porque habia escuchado much, porque habia reflexionado mucho.... Su calvicie premature, todo su continent digno y tran- quilo, no eran simples exterioridades; reflejaban bien la madurez de su juicio, la constant pero serena tension de su pensamiento, la inflexible rectitud de sus miras. Breve ha sido su paso por la tierra pero 1l supo darse tiempo en esa corta vida para tarea tan grande que mu. chos ancianos podrian envidiarla. A los cincuenta afios, Cos- ta habria sido un verdadero sabio de reputaci6n universal. EL DR. JAIME R. COSTA t-ia aJLAJ ll-iLa J. VI-". .LO U-0 lO-UlUl3a, 3U3 1M1lllll- rias y sus libros, sus brillantes vinculaciones con eminen- cias cientificas extranjeras que le atestiguaban respeto y amistad, son una prueba irrecusable de su acci6n fecunda, product feliz de una clara inteligencia asociada i una voluntad firme y persistent que no lograran quebrantar grandes desencantos y muchos sinsabores. Yo no he venido, sefiores, solamente A cumplir aquf una misi6n official. Traigo tambien a este muerto ilustre el homenaje afec- tuoso de una simpatia constant y de una inalterable amis- tad, nacidas alli, hace muchos aflos, del deferente respeto del estudiante por su predecessor justamente renombrado, continuadas y fortalecidas mis tarde por el trato profe- sional y docente, selladas finalmente por la comuni6n con- tinuada en los mismos ideales universitarios y cientificos. Yo he podido apreciar de cerca toda la bondadosa con- secuencia de su amistad, toda la deferencia de su adhesi6n A los espiritus esforzados y progresistas, toda su dedica- ci6n generosa A la profesi6n y A la enseiianza, condensa- ci6n esta uiltima de una de las mAs elevadas aspiraciones REVISTA DE LA UNIVERSIDAD la habrfa aconsejado en cualquiera de sus enfermos. Y despues de la intervenci6n fu6 tambi6n con tranquila se- guridad, digna de una alma realmente grande, que pro- clam6 1l mismo la ineficacia de todo esfuerzo y pronostico la brevedad de sus dltimos moments. iDigno y noble ha sido en la muerte como en la vida! Todos los suyos, a quienes tanto amaba, han de sentirse confortados hasta donde es possible por esa su fortaleza de alma, estoicamente demostrada en los postreros instantes. Y en su inmenso dolor han de sentir asimismo el influjo de ese espiritu poderoso y viril que, al despedirse de tan grandes afectos, quiso dejarles la impresi6n serena y gran- diosa del hombre de ciencia que ve en la muerte un fen6- meno, imponente y severe, si, pero natural y 16gico, en el eterno movimiento de la organizaci6n. Sefiores: En nombre de la Facultad de Medicina, doy el iltimo adios a los despojos mortales del professor ilustrado y que- rido, del consejero respectable, del hombre de ciencia la- borioso y austero. Y en nombre de mis sentimientos personales, deshojo sobre la tumba del amigo bien amado las flores del afecto y las siemprevivas del eterno recuerdo. PTXCTTA V RPX 7TA7TAM' LA FUNCI6N PEDAGOGICA DE LA FACULTAD DE FILOSOFiA Y LETRAS Quien visit por vez primera una ciudad, especialmente una grande y bella ciudad como Buenos Aires, se siente naturalmente inclinado a observer con preferencia aquellos aspects que se hallan en relaci6n con la propia cultural y ocupaciones predilectas. Un ingeniero, por ejemplo, sen- tird especial interns por las particularidades edilicias; un artist por las condiciones de su arte; un periodista fijarA su atenci6n en el periodismo; un psiquiatra no resistirA a la tentaci6n de entrevistar al Dr. Ingenieros, etc. Es na- tural, pues, que quien, como el que subscribe, ha pasado los mejores afios de su juventud en una larga 6 ininterrum- pida preparaci6n para dedicarse a la ensefianza de la filosofia y de las letras, concentrando en ello, de una manera exclusive, todas sus energies 6 ideales, haya sentido la (I1 EncontrAndose en esta capital el Dr. Chiabra, professor libre de filosofia te6rica en la Universidadde Pavia, esta REVISTA apro- vecha la oportunidad de publicar la present colaboraci6n. El Dr. Chiabra es autor de numerosas obras, bien conoeidas en el mundo cientftico, sobre filosofia en general y sobre est6tica, psicologfa y ,metaffsica. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD necesidad de formarse una clara idea de las condiciones de la ensefianza en Buenos Aires. En mi calidad de professor de filosofia te6rica en la Universidad de Pavia, he prestado preferente atenci6n A la Facultad de Filosofia y Letras, y, dado que, como di- re mAs adelante, la impresi6n recibida fu6 6ptima, he debido convencerme, por otra parte,-sea dicho con el ma- yor respeto,-de que el escaso nilmero de sus alumnos depend, en gran parte, de la poca importancia que se le concede en punto A elecci6n de profesores de segunda en- sefianza. Esto me mueve A presentar algunas considera- ciones acerca de la funci6n pedag6gica de la Facultad de Filosofia y Letras. Si la ensefianza secundaria, como se ha afirmado, mu- cho deja aqui que desear, (i) la raiz del mal estA toda, se dice, en la falta de preparaci6n didActica. A reparar tan lamentada deficiencia tiende evidentemente el decreto del senior ministry de Instrucci6n PNiblica que se acaba de pro- mulgar reorganizando el Instituto Nacional del Profeso- rado secundario. Laudable es, sin duda, el motive que ha inspirado di- cho decreto, pues result en 61 evidence el prop6sito de evitar ilegitimas aspiraciones pedag6gicas; ilegitimas, pues- to que generalmente se trata de personas que no ven en la ensefianza sino muy secundaria ocupaci6n. Pero, por otro lado, las breves y conceptuosas disposiciones del de- creto implican desconocer la suficiencia de los cursos de la Facultad de Filosofia y Letras para dedicarse A la en- sefianza secundaria, resolviendose asi en forma draconiana (1) j6venes que suponemos igualmente inteligentes, con una preparaci6n muy infreior; sus conocimientos son cada vez menos profundos, mAs superficiales; hasta el idioma, lo mAs elemental, result una victim, y los errors de ortografia de los exalumnos de enseflanza secun- daria son tan grandes que se convierten en horrores de ortograffa. Siduen aldunos eiemnlns nue se comentan nnr sf sanin... CIRNCIA Y ENSENANZA una de las mas importantes y Arduas cuestiones que se agitan en todos los paises civilizados. Ahora bien: debo advertir que, en estas alusiones, no hay mAs que un motivo contingent para escribir este articulo, en el cual no debe verse mAs que un studio objetivo, por encima de personas y cosas. Y tan es asi, que de igual modo pudiera ser publicado, sin perder nada de su oportunidad, en la misma Italia; tambi6n alli no abundan menos las incertidumbres, como result de las vivas pol6micas que han tenido lugar en los filtimos tiem- pos acerca de las reforms de la ensefianza secundaria. I Desde que la raz6n humana, partiendo de infinitas y variadas experiencias, se eleva A la idea de unidad del todo (universus), claro esta que la unificaci6n de todas parties del conocimiento cientifico en forma de sistema no puede hallar cabal imagen sino en la Universitas. Si bien es eierto que en la Edad Media esta palabra significaba, segin demostraron Gierke y Denifle, corporaci6n, asocia- ci6n, colegio, no es menos cierto que mas tarde vino A significar la unidad de la ciencia, verdad profundamente sentida hoy mAs que nunca, malgrado la constant divi- si6n de las ciencias. Curtius sostenia, en efecto, con toda justicia, que la esencia y significado de la Universidad reside en comprender la ciencia como un todo, como un organismo: cada institute investigaria una funci6n. Ahora bien: el nuicleo s6lido de la cuesti6n que se agita en todas las naciones civilizadas acerca de las reforms de las universidades, reside, si bien se mira, en esta proposici6n: idebe el institute universitario tener character esencial- mente cientifico, 6 s6lo debera responder, principalmente, A IncilOPcPC 1cnocin-act-rFCP? Thp pci-a ili-eprfn- ro lla1 I00 4tI REVISTA DE LA UNIVERSIDAD certidumbre de los m6todos que se nota en muchas uni- versidades, derivada, sin duda, de la oscilaci6n del espiritu de ensefianza entire lo cientifico y lo prActico professional. Nada mis perjudicial para la vida universitaria y para los progress de la ciencia,-y lo mismo digase del ejerci- cio profesional,-que esa pretendida division, que aqui ofi- cialmente se propicia, entire la Universidad cientifica y la Universidad professional. En mi opinion, el alma de la cuesti6n radica en el principio de Bacon, saber es poder, porque no cabe poner en duda que para que la actividad professional sea seriamente eficaz es inenester que halle sosten en una s6lida preparaci6n cienefica; s61o ella nos dotard de habilidad en la selecci6n de los medios, en el uso de los procedimientos y en la aplicaci6n de los meto- dos prActicos. Todo institute universitario tiene, pues, una double finalidad: por una parte, consolidar la actividad cien- tifica independiente; por otra, hacer sujetos aptos para las mas elevadas profesiones. Muchos screen, err6neamente, que esta duplicidad de fines conduce a una insuperable contradicci6n; pero ello no es verdad, por esta simplicisima raz6n: el ejercicio de las profesiones presupone necesaria- mente id6ntica educaci6n cientifica tanto para los que ha- cen de la ciencia una profesi6n como para los que la convierten en culto desinteresado. Y en efecto, no puede negarse que en las llamadas profesiones liberals no se trata solamente de adquirir habilidad tecnica y empirica, que depend de la aplicaci6n de ciertas reglas estableci- das por la tradici6n, sino que tambien se require alta seguridad de miras y discernimiento, que solo dan el hibito de investigaci6n, de analisis, de juicio, de critical; en una palabra, se impone una fuerte y conspicua preparaci6n cientifica. El institute universitario se trueca asi en un centro de vida cientifica, y, al mismo tiempo, en centro de fuerza social de la naci6n. La ensefianza que se di- funde debe ser de tal naturaleza, que, tendiendo sin con- CIENCIA Y ENSENANZA todas las actividades del ser human. La universidad, decia certeramente Zeller, no es una academia; lo que mas importa es que el alumno se acos- tumbre a inquirir la raz6n de las afirmaciones de los maes- tros, a ver los problems con toda claridad, a tener concien- cia de las dificultades de la ciencia, a conocer las tentativas que se ban hecho y se pueden hacer para resolverlas, dis- tinguiendo claramente los hechos de las hip6tesis, lo cierto de lo probable. Esto significa que no s61o se debe pene- trar en lo intimo de cada discipline que es necesario estu- diar para el desarrollo del propio espiritu cientifico 6 para el ejercicio de tal 6 cual profesi6n, sino que se impone tambien, en el studio met6dico y cientifico de un especial organismo de doctrinas, aprender i forjarse ese hibito mental cientifico que se puede luego llevar A otra disci- plina; es menester saber encontrar en los problems espe- ciales el contenido, los nexos universales que le relacionan con un grupo de ciencias 6 a la totalidad de la enciclo- pedia cientifica, y extender cada vez mas la propia mira- da intellectual hacia las sintesis ideales A media que se profundiza en la investigaci6n precisa y analitica de las particularidades. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD la elecci6n, le ensefia A hallar por si mismo las relaciones que existen entire las cosas y los hechos que se desarrollan en su vida de nifio (i). En la escuela secundaria se forma el hibito de buscar por si mismos, mediante la intima com- penetraci6n de la cultural filos6fica con la cientifica, la litera- ria con la hist6rica, la pura vena de verdad en el grande acervo de conocimientos que un trabajo mAs que milena- rio formara. La universidad, por iltimo, con id6ntico m6todo, que tiene por fin el mayor desarrollo possible del raciocinio, pro- pende a fomentar el studio education en el sentido de la investigaci6n aplicada a todos los ramos del saber human. Entendido asi el asunto que se ventila, en forma amplia y comprensiva, los heroes egregios del pensamiento vieron en la ciencia desde S6crates hasta nuestro tiempo, no solo una fuerza dominadora de la naturaleza, en sentido baco- niano, sino que lo que es mas important la imaginaron como fuerza preferentemente educativa. Superfluo fuera, por tanto, afirmar que las universidades pueden ser insti- tutos profesionales precisamente por que son institutes cientificos. Cuanto mis elevado es el concept en que se tiene A una universidad en la conciencia national, tanto mis ella tiende a ser centro de atracci6n de toda la vida cientifica de un pueblo, y tanto mis grande cuando la cien- cia puede convertirse en fuerza viva y capaz de dar forma (1) Aqui no me ocupo mds que del desarrollo de la inteligencia; pero. id6ntico es el fundamento met6dico de la educaci6n propiamente moral. En efecto, no se trata de proveer una masa informed de co- nocimientos, sino que es necesario determinar con el rico y orgAnico- conjunto de estos, algunos hibitos que faciliten el desarrollo del raciocinio, y con esto el discernimiento de la conduct, y la just di- recci6n de la voluntad en los diversos casos de la vida. Pero de este important asunto nos ocuparemos largamente en la obra de pr6xima publicaci6n El verdadero positivismo en la education 6tica con- tempordnea, deducciones pedag6gicas de las modernas investigacio- nes cientificas sobre la imitaci6n, las mentiras convencionales y la simulaci6n en la lucha por la vida, especialmente segtfn la trilogia Tarde-Nordau-Ingenieros. VCanse, a este prop6sito, las pdginas- suaestivas de J. V. GonzAlez, Ideales v caracteres. CIENCIA Y ENSENANZA y direcci6n a todas las actividades y funciones de la vida puiblica. Por consiguiente, ademls, concurren las condiciones nece- sarias para que la ensefianza pueda mantenerse a la altura de la ciencia; y cada uno puede, con plena independencia y con seguridad de su persona, profesar sus opinions cientificas; la uni6n de la actividad investigadora y de la ensefianza ya superior es altamente favorable para ambas. Todos estAn contests en admitir que para consagrarse al ejercicio de la prActica forense no basta el conocimiento de los c6digos, 6 de los formularios terapeuticos, tratindose de m6dicos, sino que es menester tambi6n que nos valga- mos de las normas dictadas por la educaci6n cientifica, que nos ensefia, en el primer caso, A relacionar las practices juridicas con los principios del derecho y condiciones de la vida social, y, en el segundo, A invocar los m6todos de la patologia en la determinaci6n del diagn6stico. Acerca de esto nadie discute; pero se cae en la mayor perplejidad cuando se trata de juzgar la utilidad practice de la Facultad de Filosofia y Letras. Y el hecho es tanto m6s chocante si se tiene en cuenta que hay quien afirma que bastan algunos cursos te6rico-prActicos de psicologia experimental 6 fisiologia 6 de ciencia de la educaci6n, para conferir una destreza pedag6gica que mejor se obtiene, digase lo que se quiera, en virtud del constant ejercicio, con experiencia personal. No hay mAs que leer las hermo- sas palabras de James acerca de los que creen demasiado en las fibricas de pedagogos. En efecto; no se piensa en que es necesario saber much mAs de lo que se ensefia, sino tambien conocer con pro- fundidad la material que se quiere ensefiar, pues la ex- periencia revela que cuanto mas profunda es la compren- si6n de la material que cultivamos, tanto mis ficil result la expresi6n familiar y sencilla de los principios. Z Quereis una prueba? Compared los libros que escriben los psic6lo- REVISTA DE LA UNIVERSIDAD gos de ciento al cuarto con la obra de un James, donde los asuntos mas tergiversados de la psicologia estin pre- sentados con claridad insuperable. Pues bien, James, que apenas habri quien le supere en punto A habilidad peda- g6gica, es el que menos cree en la pedagogia! Y es claro: quien nos puede enseiiar A veneer las dificultades que la experiencia, que s61o la experiencia present en forma de evidencia material? A cualquiera que haya profesado la ensefianza no escaparA el recuerdo de las dificultades de los primeros pasos. La mis grande de ellas consiste precisa- mente en formular los pensamientos en forma clara y orde- nada. Para poder comunicar A otros las propias ideas es necesario que sean lecta fotenter, como decia el poeta latino, es decir, se debe hacer que el alumno tenga conciencia de la variedad de aspects' que un asunto puede presentar; las proposiciones fudamentales deben former un organismo sin perder el peculiar relieve. El logos exterior debe reflejar el logos interior de la mente, y s61o en virtud de esta con- sonancia puede legar A ser interior para quien escucha. Los que han ensefiado, aunque s61o sea durante un afio, harto saben c6mo en los comienzos, A pesar de nuestro bagaje pedag6gico, de nuestras ideas sobre la limitaci6n de la material, de la claridad de la expresi6n, de la graduaci6n del conocimiento segin el encadenamiento 16gico y el pa- saje de lo conocido A lo desconocido, etc., la exposici6n result fragmentaria y obscura, ain para nosotros. En este sentido, puede decirse que ensefiar A otros, quiere decir, ante todo, enseiiarnos A nosotros mismos. Con toda raz6n dijeron los antiguos: docendo discimus. Que se hagan no mas todos los experiments que se quiera bajo la direcci6n de tal 6 cual professor que nos habla con grande erudici6n de Rosenkranz y de Herbart, de Parcker y de Harris, de Froebel y de Bain; llenemonos la boca con cuanto termi- nazo pedag6gico se quiera, armando discusiones sin fin en torno de Wundt y de Binet, de Spencer y de James, de CIENCIA Y ENSENANZA Baldwin y de Ribot, de Titchener y de Ebbinghaus; y, como si esto no bastara, abrumemos al pedagogo en cier- nes con mil experiments ante el pedagogo provecto y muchos j6venes que con curiosidad nerviosa contem- plan al alumno que en este moment ocupa la cAtedra, comprendiendo, cual verdaderos y legitimos jueces, los de- fectos de la lecci6n, much mejor que el pedagogo: ante todo, cabe advertir que en estas classes prActicas se esta- blece una viva corriente de simpatia entire los alumnos y ese joven palido, cohibido, confundido, aue tortura nervio- samente el incipiente bozo, sufriendo frecuentes estremeci- mientos por no saber donde poner manos y pies. Lo inico que le preocupa es la presencia del juez, preocupaci6n mAs intense de lo que conviene; que, en ciertos casos, tratAn- dose de temperamentos sensibles, se trueca en una verda- dera traba, inhibe la respiraci6n y mata la palabra a floor del labio, ofuscando, en virtud de un process de am- nesia, el logos interior. Los alumnos ven y comfrenden, A su manera, por haberse hallado en idnntico caso, las tor- turas de aquel joven. Rara vez se atreven A reir; con frecuencia, al contrario, le consideran como un colega, y con noble arranque procuran evitarle un triste papel. Esto revela, pues, que los candidates A la ensefianza se encuen- tran siempre en condiciones psicol6gicas muy diversas de las que normalmente se presentan en la escuela verdadera, cuando el que ensefia no es ya un compafiero de desven- tura, un victim de cierta pedagogia que sabe A tortura, sino el verdadero professor. El experiment, la clase lla- mada prActica, aunque bien dirigida y hecha con toda di- ligencia, siempre tiene en si algo de artificioso, tal como si se quisiera, por ejemplo, aplicar el experiment psicol6- gico 4 la avaluaci6n est6tica. Se enumeran principios y leyes, se recorta un sin fin de figures geometricas, se amontonan cuadros ilustrativos; pero todo ello no solo re- sulta radicalmente initil para una est6tica normativa, sino REVISTA DE LA UNIVERSIDAD que cualquiera dirfa que todo eso se hace fuera de la es- t6tica, como result de la siguiente exacltsima definici6n del m6todo de elecci6n aplicado i la ciencia de lo bello: nada menos que en la pigina 1117 del famoso libro de Est6tica de Schasler! Por otra parte, la primera vez que se entra en una ver- dadera escuela, aquella en que podemos hablar sin trabas, aun convencidos de que lo met6dico de la ensefianza secun- daria no consiste en propinar a los j6venes una masa in- forme de conocimientos, sino en determinar ciertos hibitos mentales que provocan el desarrollo del raciocinio, franca- mente, nos encontramos en un atolladero, malgrado nues- tra preparaci6n y cultural pedag6gica. SerA en vano recorder que no podemos dejar de admitir la importancia de todos los conocimientos de psicologia, pedagogia, con la relative historic y relatives experiments, especialmente cuando la acumulaci6n de los hechos y la superabundancia de noticias bibliogrificas 6 hipercriticas no han sofocado el libre movimiento del pensar, y el explica la afirmaci6n de Hericlito a prop6sito de PitAgo- ras: de ser una rudis indigestaque moles... Nadie dudade la utilidad de los experiments didicticos realizados en presencia de los alumnos, dirigidos por el pro- fesor de pedagogia, y mis proficuamente por el professor de la material que se ensefia. Pero el verdadero cxperi- mentum crucis del que ensefia es el ejercicio de la ense- fianza misma. Asi como para aprender a hacer una mesa no basta la lectura del manual te6rico, sino que es menes- ter tomar un trozo de madera y trabajarlo aplicando practicamente lo que dice el manual hasta cumplir la obra, del mismo modo para saber ensenar no bastan los ejerci- CIENCIA Y ENSENANZA cios pedag6gicos, la clasificaci6n de los temperamentos y el conocimiento de las localizaciones cerebrales. Se impone ensefiar aplicando, i:lterando; tener el talent de la opor- tunidad para aplicar con criterio personal lo que nos ha ensefiado la pedagogia. Pero no nos hagamos ilusiones. Si colocamos la cuesti6n en su verdalero terreno, la fric- tica dura infinitamente, p:testo que la escuela es vida que se renueva constantemente, y al renovarse, es decir, en la sucesi6n sienipre divers de los alumnos, diverse por naturaleza y calidad, siempre hay algo nuevo imprevisto que aprender, algoin aspect nuevo que estudiar, que nos impone la modificaci6n del mntodo didictico, modificaci6n, claro esti, que no puede hacerse sino en virtud de expe- riencias completamente personales que escapan a pedanti- simas y esquemAticas codificaciones. Ningin arte mAs subjetivo que el de ensefiar. Los studios pedag6gicos orientan, hasta cierto punto, al future professor, y le pro- porcionan la base de un sano criteria directive, pero no lo crean, precisamente del mismo modo que la ensefianza uni- versitaria no crea hombres de ciencia, pues, si tal fuese su fin, contribuiria evidentemente A retardar el progress cien- tifico. De todo ello result, pues, que la principal garantia para llegar A ser buenos ensefiantes hay que buscarla en el conocimiento cabal de la ciencia que se quiere ensefiar. Indtil fuera saber que en la ejecuci6n de un trozo musical en el piano al Ilegar A cierto punto es necesario aumentar 6 disminuir la celeridad del tiempo, tal como impone la partitura, si no se posee el arte de los sonidos, 6 apenas se consiga distinguir las notas de una escala diat6nica. SC6mo aspirar, si no se posee profundamente la material, a esa sobriedad de contenido tan necesaria para recoger los frutos deseados de la propia ensefianza? (C6mo llegar A esa sabia proporci6n entire lo que es esencial y lo que solo tiene importancia secundaria? CC6mo llegar al espiritu del .REVISTA DE LA UNIVERSIDAD alumno si no se posee la material para explicarla con do- minio y hasta con fascinaci6n? Podrin, acaso, los dilettanti de la ensefianza reemplazar el conocimiento profundo de tal 6 cual discipline con una pretendida habilidad peda- g6gica que, segfin hemos demostrado, es inherente 6 la cultural superior y i la experiencia personal, que no da, que no puede dar el tan preconizado curso te6rico practico de un aiio, el cual si bien se calcula, deduciendo vacaciones, fiestas superabundantes y epocas de exrmenes, se reduce d algunos meses? Y si el curso es numeroso, cuintas veces practicardn durante seis meses los alumnos? Pero, el eje de la cuesti6n estr en esto: no puede haber profesores don- de no hay culto exclusive de la ciencia, y nunca se traba- jard seriamente en la escuela mientras falte la materza prima. La habilidad pedag6gica viene por afiadidura. II Aqui propiamente se delinea el double fin, andlogo al de las demis facultades, de la Facultad de Filosofia y Letras. Como antes he declarado, durante los primeros tiempos de mi residencia en Buenos Aires, he procurado adquirir per- fecto conocimiento de dicha Facultad. Debo advertir que no me he limitado, segfin costumbre de muchos turistas, 6 arrojar la consabida mirada d la Biblioteca, al Museo Etno- gr6fico y al laboratorio de psicologia, sino que he preferi- do estudiar sus products naturales, es decir, algunos estudiantes. Ahora bien: con gran complacencia he cons- tatado la importancia pedag6gica y cientffica a que puede llegar un institute universitario. Sobre algunos alumnos he detenido especialmente mi atenci6n, encontrando en unos especiales aptitudes para las lenguas clAsicas, en otros para literaturas modernas; unos para las ciencias 6ticas y so- ciales, otros para las filos6ficas y otros para la antropolo- CIENCIA Y ENSENANZA gia, etc. Bien pronto, coftio suelen hacerlo los j6venes cuando dan con alguien que sin fin alguno se interest por sus cosas, abrieron el animo i las confidencias, procurin- dome la prueba mAs evidence de la eficacia de la ense- fianza recibida,-una enseiianza objetiva y cualitativa, capaz de dar un impulse vigoroso a sus mentes juveniles, descubriendo vocaciones y alto amor por la verdad. Consi- dero que el desinteres mismo con que han estudiado es la mejor garantia de su habilidad como profesores, porque bien ensefia quien bien aprende, sobre todo, cuando se aprende sin sofiar con cAtedras. Uno de aquellos estudiantes, despues de haberme hecho leer un notable trabajo de investigaci6n, me decia inge- nuamente:-(< Al fin y al cabo, qu6 me ha ensefiado la Universidad? Ahora que estoy i punto de dejarla comien- za mi verdadero studioo, Muy bien dicho! El professor debe ser hijo de sus propias obras, y no de tal 6 cual instituci6n. Estas, amenudo, no sirven sino para legali- zar la mediocridad. Se impone, ante todo y sobre todo, el entusiasmo ingenuo por tal 6 cual ciencia, entusiasmo que puede hallar adecuado desarrollo en las instituciones de ensenanza. La esencia de la educaci6n cientifica de la juventud uni- versitaria no esti en saber infundir un conjunto de cono- cimientos fundamentals y necesarios, sino en fomentar el espiritu de libre y several investigaci6n; se debe aprender no ciencia, sino A hacer ciencia; no los resultados, sino el modo de obtenerlos y aumentarlos, haciendo sentir la complejidad y dificultad de los problems; en parte, con el ejemplo de las propias experiencias, y, por otra, discu- tiendo las tentativas hechas por los alumnos, corrigiendo con sabio discernimiento la superabundancia del confiado ingenio juvenile, exuberancia que amenudo es signo seguro de rica potencialidad, como la rica vegetaci6n supone te- rreno fecundo. El professor debera insinuar gradualnente REVISTA DE LA UNIVERSIDAD el hibito de una several obra de reducci6n y de elimina- ci6n intellectual, que se convertird luego en esa sobriedad y mesura, indice de viril madurez cientifica del pensa- miento; para que la ensefianza result proficua es necesa- rio que no sea solamente un puro transmitir de conoci- mientos que el que ensefia, a su vez, ha tornado de otros. Precisamente por esto no se puede educar el pensa- miento ajeno si antes no se ha consolidado el propio. Lo que S6crates queria decir, comparando su arte con el obs- tetrico, era precisamente esto: que no se puede propender al desarrollo de las aptitudes mentales del alumno sin un seguro dominio del arte de investigar, sin una probada pericia del pensamiento. Ciertamente, nadie cree que cien- cia y ensefianza sean concepts equivalentes, como no es lo mismo tener esplendida voz y saber musica, pero no es menos cierto que una verdadera capacidad diddctica no es possible sino en sentido puramente formal, que no se funde en una segura competencia en la material que se ensefia, precisamente como para cantar una 6pera de Wagner 6 de Berlioz, no basta tener una linda voz, sino que es menester cantar con complete dominio del arte de los sonidos, del mismo modo que tampoco esto iltimo es suficiente, pues es indispensable la voz. Yo puedo estudiar, por abstracci6n, laforma prescindien- do del contenido, como se hace en 16gica; como puedo aprender el solfeo, contentAndome con el puro conocimiento empirico de los signos grificos que representan las figu- ras y los tiempos musicales y la proporci6n aritmetica de sus valores; pero, en la realidad, especialmente en la ense- fianza, la forma s6lo existe y tiene valor en virtud del contenido, del mismo modo que el perfect conocimiento del solfeo es completamente initial si no se aplica i la music. Este contenido de la ensefianza no lo puede dar ningin tratado de pedagogia, ninguna lecci6n practice. No es ni CIENCIA Y ENSENANZA siquiera una amalgama de noticias exactas y acabadas de la discipline que se ensefia. Es algo que se confunde con el m6todo mismo, tan re- comendado, en modo formal, empero, por la pedagogia que admite ser el verdadero fin de la ensefianza secundaria desbastar el intelecto, former el sentido critic, former el amor a lo bello, A lo bueno y A lo verdadero. No es la ciencia sino el modo de alcanzarla. No es el contenido de tal poesia que se lee al alumno, sino la manera de con- ducir al alumno A gustar lo que en ella hay de hermoso. No es el hecho de la loba de cuya leche naci6 Roma, por haber amamantado A los gemelos, que A merced de las brisas del Tiber hubieran muerto de bronquitis, sino la manera de hacer que el alumno descierna por si mis- mo lo verdadero de lo falso 6 de lo probable. No es la demostraci6n de que (a+b) 2 -=a 2 b 2ab, sino pro- vocar en el alumno la gimnasia mental por medio de la aplicaci6n y de la combinaci6n de las verdades po- seidas que le permitirin, no s61o convencerse de la ver- dad pitag6rica, sino mis bien a valerse del mismo pro- cedimiento, es decir, A adquirir el hibito racional que le conducirA A resolver por si mismo teoremas y problems de esa dificultad y gradualmente mas dificiles hasta llegar A las matemAticas superiores. No es un nimero mis 6 menos grande de teorias y reglas de la 16gica, sino presentar esta ciencia como un verdadero anAlisis de los procedimientos del pensamiento, demostrar c6mo constitu- yen la estructura del conocimiento y de la ciencia, y sobre todo hacer que los j6venes investiguen por si mismos en los dominios del saber que le son familiares, los ejemplos; resolver los problems, descubrir los sofismas latentes y medir por medio de la teoria 16gica el valor de una prue- ba; en una palabra, crear en el alumno la discipline 16gica del intelecto, la cual, si es indispensable en la ciencia, no lo es menos en la literature y en el arte. VISTA DE LA UNIVERSID, Como se v6, la habilidad didictica se confunde con la destreza investigadora; luego, el verdadero m6todo para la ensefianza secundaria, A no ser que seamos poco exigen- tes, no puede aprenderse sino en la Universidad, y tanto mAs que sin esta preparaci6n esencialmente cientifica, no es possible que el professor este en condiciones de Ilevar la delicada misi6n consistent en elegir el libro de text, des- pojarlo de lo superfluo 6 de lo que no se adapta al nlivel de la inteligencia de los alunnos de determinado afio, co- rregir los errors, trabajarlo con rigor 16gico, sintetizando, pero, sobre todo, presentando el concept en formulas fAciles, de manera que la inteligencia del alumno sea guiada y so,- tenida por la inteligencia superior del maestro. Un dia el orAculo de Delfos sentenci6 que S6crates seria el mas sAbio de los griegos, 61, precisamente 61, que s61o sabia que no sabia. En vano Arist6fanes lo ha presentado como corruptor de la juventud, en vano veinte afios mis tarde bebia la cicuta: el porvenir de Grecia estaba, mds que en los resultados de su ensefianza, en aquel metodo didactico que es todo uno con la investigaci6n. III Le6se en un fragmento de un escrito de un alumno de S6crates titulado logo socrAtico. Se trata, segdin parece, de una de las elegantes recepcio- nes de Aspasia. La admirable dama, que sabia hacer suyo el m6todo y el espiritu de la conversaci6n socritica, ani- (I) CICER6N. De inv. I, 91; QUINTIL. V-II. 28, HERMANN, De Aeschinis Socrat. reliquies, p. 16 Gottingae. De la autenticidad de este fragmento no es licito dudar, puesto que A los mismos an- tiguos era conocida la fidelidad con que Esquines referfa los dialogos SocrAticos.-Cfr. Arist. Oral. 45; DEMET. De Interpret. 297; ZELLER, Die Philos. de Grieschen, II, 2, 4, ed. 1889, pia. 241. CIENCIA Y ENSENANZA maba con su vivacidad y con su gracia los grupos que formaban los huespedes, yendo de uno A otro con afabili- dad exquisite. De sibito se detiene delante de la esposa de Xenofonte, que con 61 estaba, y le pregunta: Dime, por gracia, si tu vecina tuviere mejores alhajas que las tuyas icon cuAles te quedarias?,--< Las suyas,, dijo.--(Y si poseyera un vestido y todo lo demas del adorno femenino de mayor precio que el tuyo, cuAles de los dos preferirias?>) El suyo,, respondi6.- sonroj6 y Aspasia dirigiendo, entonces, la palabra a Xe- nofonte,-c Por favor, si tu vecino poseyera un caballo mejor que el tuyo ucual de los dos querrias tener?>--El suyo, re- plic6.--Y si tuviera un fundo mejor que el tuyo, cuAl de los dos elegirias?-- tonces Aspasia agreg6:--Ya que ninguno de vosotrosme ha manifestado lo que yo queria saber, dire lo que de vosotros precise. Ti, oh mujer, aspiras A un hombre 6p- timo, y td, Xenofonte, una mujer elegida entire todas. Por consiguiente, si estAis conformes en que no haya sobre la tierra un hombre y una mujer mejor que vosotros, anhe- lareis siempre lo que habeis reputado 6ptimo: ti, como es- posa, de haberte desposado con la 6ptima; y 6sta con el 6ptimo de los maridos., Si S6crates presenci6 este diAlogo debia sentirse satisfecho de su alumna. Identica cosa puede decirse de la instrucci6n pfiblica. Cada naci6n para no envidiar A las otras debiera tratar de que la ensefianza que se da, fuera verdaderamente 6ptima. Pero c6mo se obtiene? Muchas incertidumbres, muchos equivocos existen A este respect. De alguno de ellos se han ocupado con efusi6n y con much competencia escritores de talla. Dos causes, la influencia de la political y la falta de pre- cisi6n y poca claridad en las ideas acerca del objeto de la instrucci6n secundaria, han provocado una infinidad de ;VISTA DE LA UNIVERSID reforms en Italia como en Francia, en la Repiblica Ar- gentina como.. en Alemania. Excepto el Jap6n, donde los ensefiantes son reverenciados,-mirabile dictu!-como magistrados, como sacerdotes, como ap6stoles, porque se les consider como los verdaderos fautores de la fuerza del espiritu national y tambi6n del ej6rcito, eft todas parties del viejo y nuevo mundo civilizado populan pol6micas apasio- nadas; cuestiones y proyectos que, indudablemente, acier- tan. .las mejores intenciones de muchos hombres de Estado preocupados de tan important asunto; programs effmeros y superficiales que son muy A menudo anulados, corregidos 6 reemplazados antes de haber recibido la san- ci6n del tiempo y de la expericucia; reformas contradic- torias como las opinions de pedagogos de profesi6n y pedagogos amateurs, de profesores y, en Italia, tambien de alumnos, cada cual express su opinion, indica su pro- cedimiento y remedio. Entretanto, el alunno, sobre quien se hacen los mis variados ensayos, es sujeto pasivo de 6stos, como un enfermo, atacado de un mal que pudiera curarse con various tratamientos, aunque excluyentes entire si, a quien Asi, queda siempre sin resolver 6 mal result la cues- ti6n que se refiere a la funci6n pedag6gica de la Pacultad de Filosoffa y Letras. Otros hay que miran ese centro de altos estudios, como ellos dicen, con la mirada de sor- presa de un griego en presencia de la Pitonisa de Delfos y esperan que de ella salga un gran poeta, un gran fil6- sofo 6 un gran literate, sin saber que un mismo espiritu cientifico informa todas las disciplines, no obstante la va- (1) H. C. RIVAROLA. op. cit., pag. 7 y sig,-V6ase tambidn J. V. GONZALEZ, Educacion y gobierno, Universidades colegios; BUN- GE, La Educaci6n; PIZARRo, La ensenanza secundaria y normal, los articulos de MAGNASCO, BALESTRA, PINEDO, HIPPEAU, MOREL, etc. v las Memorias del Ministro de Instrucci6n Pdblica. CIENCIA Y ENSENANZA riedad de metodos y sus procedimientos, una sola es la condici6n general de la educaci6n cientifica. La enseiianza universitaria, tambien en la Facultad de Filosofia y Letras, no tiene por propio fin conducir A su uiltimo t6rmino el desarrollo intellectual de los alumnos, lo que seria premature, sino promoverla incipiente actividad cientifica y guiarla hasta el moment en que puedan elegir con mirada segura y con exacta media de las propias aptitudes y fuerzas, los caminos que precisan recorrer, conociendo ya los metodos e informados del habito de la investigaci6n cientifica. Pretender llevar mas allA la obra de la educaci6n uni- versitaria seria vano y daiioso a los intereses de lajuven- tud estudiosa y de la ciencia, seria desconocer la verdadera funci6n de la Universidad. Pero ya es tiempo de concluir. Saber es poder, como dijo Bacon. Para poder enseiiar con provecho, ante todo, es necesario saber, y saber quiere decir no solamente co- nocer los metodos pedag6gicos, sino principalmente po- seer la ciencia de la discipline que se ensefia. Este es el verdadero objeto del metodo didactico. No bastan las buenas intenciones de las cuales se dice que estAn sembradas tambien las calls del Infierno; no bastan las buenas disposiciones pedag6gicas, hace falta la energia de querer para adquirir la ciencia, 6 sea el hAbito de la investigaci6n. Pero el convencimiento es luz, no es todavia calor. Para que sea calor que vivifique la ensefianza, es necesario que la elecci6n de las disciplines que se enseiian haya sido hecha en relaci6n A las mejo- res aptitudes del ingenio y a las mAs intimas y fuertes disposiciones de nuestra alma. Vale mas para la ense- fianza ser buenos 6 mediocres en una sola 6 en un grupo de materials afines, que saber repetir malamente un poco lIp tnrln ri I pnrir1nnprlin ripntifirn T.,n inpr~iAn dI 1nc nergias no estuerza. VISTA DE LA UNIVERSITY Este concept particularista que ya domina en la elec- ci6n de los ensefiantes en las mejores universidades del mundo, debe aplicarse tambi6n A la ensefianza secundaria, pero con un poco de discreci6n si queremos que 6sta de buenos frutos. Nada mis grave, si un joven doctor fuese destinado a la ensefianza de la Filosofia,- lo que no es improbable dado los actuales planes,- cuando en lugar tiene aptitud y entusiasmo, y, por consiguiente, mejor prepa- raci6n para las letras, 6 viceversa. Ni es licito tener el espiritu esclusivo, que consiste en la suposici6n de que todo el saber, 6 el verdadero sa- ber, se encierra en la ciencia que se profesa, 6 peor ain, en fomentar el descr6dito de las ciencias laterales, como frecuentemente ha sucedido en otros tiempos, cuando, tam- bien por Ministros de Instrucci6n Ptiblica, se demostr6 career y se hizo career que algunas ciencias son menos im- portantes que otras, por ser mis lejana de la utilidad prActica 6 porque el sujeto es demasiado especial. Hoy se ha caido en el exceso opuesto. Pero, como con la creaci6n de las nuevas condiciones de la vida cientifica, con la libertad del pensamiento y con los nuevos 6rdenes civiles, no se tiene ya porqu6 temer la formaci6n de una rigida tradici6n escolAstica, contra las cuales se debi6 li- brar en las escuelas esas her6icas batallas para la renova- ci6n de las ciencias exactas y experimentales, contra aquella gran fuerza que Schiller en su Wallenstein llama el eterno ayer, asi la verdadera educaci6n cientifica in- funde especialmente este espiritu: que cada ciencia se vincula con todas las demAs del organismo cientifico. De lo antedicho el alumno mismo se convince tambien prac- ticamente, porque con frecuencia debe constatar las rela- ciones que la propia discipline tiene con las otras. Es de desear que, despu6s del primer bienio, la Facul- tad de Filosofia de Letras se diversifique, dejando libre elecci6n a los alumnos, entire uno 6 mids grupos homog6- CIENCIA Y ENSENANZA neos, por ejemplo el histdrico-antropo-geogrdfico, el psico- Aflosofico, incluyendo tambi6n la sociologia, la moral y el derecho, y el f.lologico-liierario, agregando las literaturas extranjeras que se estudian en los colegios nacionales. En el diploma deberia ser especificamente indicada la aptitud didictica especial para uno 6 dos grupos, demos- trada por el alumno, y en consideraci6n A ella entregar- sele la cdtedra. La enseiianza de la psicologia general individual, que en esta Facultad falta todavia, la l6gica, la 6tica y la ciencia de la educaci6n, como tambi6n los ejercicios didic- ticos en presencia de las classes verdaderas 6 las confe- rencias, deberian ser comunes A los tres grupos. Con estos institutes universitarios (Facultad de Filoso- fia y Letras, de Ciencias Naturales, Fisicas y MatemAti- cas), de los cuales solamente debiera reclutarse el personal ensefiante de las materials fundamentals de los Colegios Secundarios, nuestra Universidad no seria, entonces, como ahora, un organismo amputado, en cuanto proveyese j6- venes que se dedicaran A las escuelas secundarias, es de- cir, al ejercicio de una profesi6n que es tan important y tan elevada para lo cultural de un gran pais cuanto la del magistrado, del m6dico y del ingeniero. JUAN CHIABRA. Profesor libre de Filosofia te6rica en la Universidad de Pavia. IMTRNTO TDR T-TTTO Y LA POSESION DEL ESTADO El reconocimiento expreso, segin derecho. I. Por dos disposiciones esta principalmente regida la filiaci6n natural: la del articulo 334 del c6digo civil, que declara la autoridad y el valor del concede la accidn para que los hijos puedan ser reconoci- dos por el padre 6 la madre, 6 para que el Juez los declare tales cuando los padres negasen que son hijos suyos. Debe distinguirse, pues, y desde luego, lo que la ley 16gicamente distingue, A saber: 6 los padres han reconocido voluntariamente a sus hijos ; 6 han omitido reconocerlos; 6 los han negado. El primer caso es el del articulo 334; los otros dos son los del articulo 325. 2. En cuanto al reconocimiento expreso, el articulo 332 lo admite sin requisite alguno de forma: por escritura pi- blica, 6 ante los jueces, 6 de otra manera....sin ser nece- saria la aceptaci6n por parte del hijo ni notificaci6n al- guna. EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES Ninguna disposici6n de la ley restringe 6 limita el de- recho del padre para reconocer a su hijo natural. Contra la posibilidad de un reconocimiento no sincere 6 por error, el articulo 335 acuerda a los propios hijos 6 d los extra- fios que tengan interns, el derecho de contestar el recono- cimiento. 3. Cuando en las discusiones sobre nuestro derecho se ha tenido el reconocimiento expreso en cartas A otros instruments privados, 6 ante testigos, como uno de los hechos constitutivos de la posesi6n de estado, y nada mds, se ha incurrido en un error de imitaci6n 6 de aplicaci6n inconsciente de los principios del derecho frances al nues- tro, con base fundamentalmente opuesta. Mientras que por nuestro articulo 332 el reconocimien- to expreso puede hacerse de cualquiera manera, por el articulo 334 del c6digo frances debe ser hecho por acto autntico: (El reconocimiento de un hijo natural se hara por acto autMntico, cuando no lo hubiere sido en el acta de su nacimiento,. < 2 para garantizar su libertad y sinceridad,. Estas consi- deraciones repetidas por el autor modern, estaban ya en la Exposici6n de Motivos del mismo c6digo frances y fue- ron conocidas por el autor del nuestro, que se apart de ellas deliberadamente como en toda la material de este titulo. La irrevocabilidad estA declarada en nuestro articulo 332 sin que depend de la forma autentica del reconoci- miento. No solamente el reconocimiento autintico es irre- vocable, sino que cualquier otro que se probare debida- mente sera asimismo irrevocable. El acto autentico del c6digo frances es el que autoriza un official pAblico com- (1) mpe.v npr.7nne.. tnmn III nAR. S.5. petente y con las solemnidades requeridas (c6digo ci- vil fracas, art. 1317). La autenticidad se require alli no solo ad probationem, sino tambien ad solemnitatem, es decir, como una condi- ci6n esencial de la validez, 6 mejor dicho, de la exis- tencia misma del reconocimiento. (I) Los actos que en nuestro derecho requieren la escritura puiblica ad solemnilatcm, estin enumerados en el articulo 1184 del c6digo civil, y en ellos no se comprende el reconoci- miento de hijos naturales. Otro tanto que en el derecho francs acontece en la legisla- ci6n italiana (articulo 181) en la que elreconociento de un hijo natural se hace en la partida de nacimiento 6 por acto autentico anterior 6 posterior al nacimiento. Tan riguro- sas son las disposiciones al respect, que la doctrine en- seiia que un hijo natural no puede ser vilidamente reco- nocido en un testamento ol6grafo, porque no es acto auten- tico. (2) 4. Ante tal evidencia de la oposici6n de los sistemas del c6digo frances y de otras naciones, y el argentino, s61o la imitaci6n inconsciente y rutinaria ha podido confundir el valor del reconocimiento no sujeto A formalidades es- peciales bajo el regimen de un derecho 6 bajo el de otro. Los peligros de admitirse una prueba insuficiente no son bastantes para apartar nuestro derecho de la soluci6n mis just y l6gica. El padre tiene el deber y el derecho de reconocer al hijo, y lo cumple y lo realize reconociendolo. El echo juridico es independiente y perfectamente sepa- rable de la prueba del mismo. Tal ha sido, sin lugar A duda, la soluci6n del articulo 332. Y no se diga que se opone a ello la parte final del articu- (1) BAUDRY-LACANTINERIE, 0lo. cit. IITl~rTClm~ T\R T ~ TT~LITIIT~TILIIT\IT~ EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES lo 325, agregada sin complete justificaci6n por la ley de correcciones del c6digo civil; y por la vulgarizaci6n de una regla inexacta que no estd en la ley, segin la cual se entenderia que, en todos los casos, despu6s de la muer- te de los padres no puede declararse una filiaci6n natural sino mediante la prueba de la posesi6n de estado. Cuando el final del articulo dice: durante la vida de los padres>, el termino articulo, que comprende los dos Altimos casos enunciados mas arriba, al comenzar estas lines: no haber reconocimiento expreso; haberse negado la filiacidn. La prueba de esta conclusion es ficil con un ejemplo. Sup6ngase un padre natural que no ha observado res- pecto del hijo la conduct que forma la posesi6n de es- tado, pero que lo ha reconocido por escritura pAblica. La parte final del articulo 325 no tendria aplicaci6n, y la filiaci6n no seria desconocida. Sup6ngase que en lugar de una escritura piblica la prueba del hecho constara en un instrument privado 6 en un testamento ol6grafo. Bastaria establecer la autenticidad del testamento 6 ins- trumento privado, y el reconocimiento seria indiscutible. Ahora bien, un hecho que se prueba por instrument pri- vado, se prueba tambien por testigos, cuando no hay prohibici6n express de este genero de prueba, considerada aisladamente, como en el caso de los contratos, en que la testimonial require el principio de prueba por es- crito. 5. Las dudas que alguna vez se arguyeron con el texto del articulo 325, sobre la posibilidad de que la prueba de la filiaci6n pudiera fundarse en otra cosa que la posesi6n de estado, despues de la muerte del padre, desaparecen en presencia del texto y nota del articulo 3577 del c6di- 50 REvISTA DE LA UNIVERSIDAD go civil. Esta disposici6n acuerda la herencia a los hijos naturales La cita inmediata de la nota es la ley VII, tit. XXII, lib. IV, Fuero Real: ante el Rey 6 ante homes buenos, 6 diga en tal manera: este es mi fijo, que es de tal mujer... y el fijo que asi fuere recebido, haya honra de fidalgo, si su padre fuere fidalgo; y esto se entiende de los /fos naturales>>. El autor del C6digo vuelve A tomar en esta ocasi6n la tesis sostenida en la nota del articulo 325, que expone los fundamentos de nuestro sistema legal sobre filiaci6n natu- ral. La nota propone directamente la cuesti6n: q A que 6poca sera precise que el hijo natural haya sido recono- cido voluntariamente 6 por decision judicial para que pue- da obtener los derechos que le dan las leyes? Podria de- cirse que era necesario que la filiaci6n fuese probada antes de abrirse la sucesi6n. Seria una consecuencia de esto que la indagaci6n de la paternidad 6 maternidad no podria hacerse despubs de la muerte del padre 6 de la madre, con el objeto de reclamar derechos en la sucesi6n. Esta doctrine no puede admitirse. La sentencia judicial que establece la filiaci6n no hace sino reconocerla y declararla. Es al hecho de la filiaci6n natural que la ley da derechos sucesorios: por lo tanto, estos derechos deben perte- necer al hiio en la sucesi6n de su author. cualnuiera oue EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURAIES Baste recorder este prop6sito perfectamente establecido en la discusi6n para establecer que la correcci6n no debe extenderse A mis de lo que result del texto mismo, cua- lesquiera que fuesen las opinions individuals vertidas en la discusi6n. Estas no nos darian mAs que el juicio per- sonal del orador, pero n6 el motivo determinante del voto colectivo que decidia la ley. De todas maneras result evidence en el texto, que la parte agregada se refiere a los medios de prueba que podian usarse cuando el padre hubiera omitido en vida el reconocimiento voluntario del art. 334. De la posesi6n de estado y su reconocimiento expreso 7. Debo ahora enunciar algunas consideraciones sobre el concept de la posesidn de eslado. La correci6n del articulo que acabo de recorder us6 del termino posesidn de estado, que no se encuentra en nin- guna otra disposici6n de la ley. No lo defini6, como el articulo 321 del c6digo frances define la posesi6n de es- tado del hijo legitimo. S- limit A enunciarlo como un concept conocido. Los antecedentes que ya existian en el derecho argen- tino, la nota del codificador, tomada principalmente de Demolombe, los escritos juridicos del doctor Moreno y otros abogados que trataron extensamente la cuesti6n, las sentencias ya dictadas, algunas de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Bunos Aires, con extensas ex- posiciones de doctrine, habian dado las nociones elementa- les de la posesi6n de estado. La obra lenta de la jurispru- dencia ha conducido el concept A una determinaci6n mis precisa, de modo que los requisitos demasiado exclusivos para ser justos, que se concretaron al principio, han ce- dido A una definitive mas exacta. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD 0. n1 U1n lao1 u. Ia Oupicela L.otIL uc la Irruovlnia ue Buenos Aires, el doctor Gonzalez Garafio, reproducia la doctrine francesa sintetizada en los terminos nomen, trac- tatus, fanma, que hacia extensivos al hijo natural los elements constitutivos de la posesi6n de estado de hijo legitimo, sin advertir entonces distinciones que se impo- nian racionalmente y que vendrian mals tarde. El voto del doctor Gonzalez Garafio contiene, en cam- bio, observaciones que confirman la tesis de que el recono- cimiento expreso vale por si solo con independencia del tdcito y que este iltimo se constitute por la posesi6n de es- tado. < blica 6 privada, judicial d extrajudicialmente, en la partida de nacimiento, en las disposiciones de iltima voluntad, donde bastan los terminos enunciativos d defrase incident en que se manifieste la voluntad de reconocerlo como hijo, y aun sin necesidad de document alguno por la posesi6n de estado, demostrada por los hechos que juridicamente la constituyen.. fnica prueba possible de la filiaci6n natural es el recono- cimiento expreso d tdcito, que en el iltimo caso la autoridad de la justicia declara 6 impone a los padres, como resul- tantes de los hechos existentes y probados, que determinan aquella filiaci6n,. .. tituyen la posesi6n de estado, (i). 9. La jurisprudencia ha derivado a un concept mis razonable y conforme a la equidad y d la doctrine del c6digo, diametralmente opuesta a la francesa en material rl) Fallos de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, Serie P, tomo V, pdg. 410. EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES de investigaci6n de la paternidad. El nomen que puede tener importancia en la filiaci6n legitima, la pierde en la filiaci6n natural. Asi comenz6 a advertirse esta cir- cunstancia en los Fallos de la Camara de Apelaciones (i): La posesi6n de estado se establece por una reunion su- ficiente de hechos que indiquen la filiaci6n y el parentez- co entire un individuo y la familiar a la cual pretend pertenecer, bastando la justificaci6n del trato y la fama, sin que sea indispensable el nombre>. Despues de algunas vacilaciones, mas aparentes que rea- les, si se analizan los fallos, se advierte que la jurispru- dencia se fija en el sentido del fallo que acabo de recor- dar. No puede hacerse del nomen una circunstancia esencial, desde que alguien pueda usarlo sin derecho, como quien tendria derecho podria no usarlo por diversos mo- tivos. Asi el mismo tribunal rechaz6 una pretendida fi- liaci6n en que se habia probado el nomen, porque eno basta que el que se dice hijo natural lleve el apellido del pre- tendido padre, para que este hecho acredite filiaci6n>, (2) Por uiltimo, se consider nuevamente la cuesti6n y se de- cidi6 que para la comprobaci6n de la posesi6n de estado no es esencial el uso del nombre; basta justificar el trato y la fama, (3 . 10. Semejantes son las conclusions a que llegan los maestros de la Facultad de Derecho. El doctor Juan A. Bibiloni, ha dicho en un erudito tra- bajo, que <(nuestro C6digo, A diferencia de algunas otras legislaciones, no exige formas especiales para verificar el reconocimiento ante los jueces d de otra manera. Le basta la voluntad formalmente expresada de reconocer la filia- (1) Serie 1", tomo III, pAg. 471. (2) Serie 5", tomo III, pig. 558. (5) Serie 6,. tomo IV, oi. 166. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD ci6n y, en consecuencia, habra reconocimiento hecho ante los jueces 6 de otra manera, siempre que el se acredite de una manera suflciente y se pruebe su existencia (art. 332 c6digo civil)>. Mas adelante agrega: iAhi estAn esos mismos autores que, paladines aventurados de una causa insostenible en el derecho francs, que no admite otra prueba de la filia- ci6n que el reconocimiento escrito, han tratado de exa- gerar, de empequefiecer las dificultades de su empresa, extremando las ventajas de la posesi6n de estado y deter- minindoia con los elements mas completes que en todas letras declaran que no es menester el conjunto de todos los hechos que indican bajo el rubro nomen, fama, tracta- tus. (V. Demolombe, t. V. no 208, p. 217 y lo mismo que 1l, Laurent, t. III. n0. 403; Mercade, t. II, sobre el art. 321, nota II; Zaccharie, t. I, pirrafo 163, nota II; Aubry et Rau, tomo IV, pAg. 12, para no citar cien autores mis como podria hacerlo). < la cual la posesi6n de estado debe necesariamente presen- tarse con caracteres mds estrictos. .. Si ahora se me pre- gunta cuindo hay posesi6n de estado en la filiaci6n natural, contestare con la mas alta autoridad doctrinaria que pueda ser invocada, con el c6digo Napole6n. La posesi6n de estado, se establece por una reunion de hechos suficientes gue indiquen la relacidn de filiacidn entire un individuo y el padre de quien pretendia ser hijo< (i). Otro maestro de la Facultad de Derecho, el doctor Angel Pizarro, cita en apoyo de sus conclusions la sentencia de la Suprema Corte Nacional, (2) segin la cual la prueba (1) Enciclopedia juridica Argentina, dirigida por el DR. A. V. CALANDRELLI, tomo III, pdg. 215. (2) Serie 2, tomo XIII, pAg. 460. EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES de la filiaci6n natural s61o require que sea concluyente de modo que no deje duda en el Animo del Juez! ... Ii. La posesi6n de estado por el trato y la fama, puede ser establecida hoy por todos los medios de prueba, como dicen various fallos que no me detengo en citar. No obsta A la declaraci6n judicial de la posesi6n de estado, la circunstancia de que el padre en el testamento hubiere omitido el reconocimiento del hijo 6 lo hubiere descono- cido expresamente. La cuesti6n ha sido tambi6n decidida por la jurispru- dencia, despu6s de algunas sentencias contradictorias que recuerda el doctor Llerena (i) quien concluye que econ pos- teridad A esos fallos la actual CAmara ha declarado que con arreglo al art. 332 del c6digo civil, cualquiera mani- festaci6n hecha por los padres, en contra del reconocimiento anterior, no destruye la eficacia de ese reconocimiento, pues que la ley, al declararlo irrevocable no exige que los pa- dres persistan hasta el moment de su muerte en la vo- luntad de reconocer al hijo (CAm. Civ. Serie V, t. 12, p. 294)>. Estado de la jurisprudencia. 12. Ha predominado y estA bastante arraigada aun hoy la opinion que toma por concluyente y definitive, en la teoria de la posesi6n de estado, la doctrine que se encuen- tra exagerada en el fallo del tomo V, p. 129, de la Camara de lo Civil en la causa de Concepci6n Nogueras con la su- cesi6n de don Federico Leloir. Las exageraciones de aquel fallo no han sido mantenidas en prudentes y juiciosas re- soluciones posteriores del mismo tribunal. La opinion de los miembros de la Cimara se encontr6 alli frente A la del eminente jurisconsulto que desempefiaba la Fiscalia de !a CAmara, el doctor Ger6nimo Cortes, cuyo solo nombre es (1) LLERENA, Comentarios al Cddigo Civil, 2" edici6n, tomo II, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD un elogio. La opinion del doctor Cortes, su convicci6n intima de ser la demandante en nombre de su hija, madre de una hija de Leloir, esta expresada en esta frase, la menos juridica si se quiere, pero la mds energica, sin duda: Creer 6 reven- tar! (p. 189). En cambio de esta disposici6n de Animo que habia co- menzado por fundar impliamente la doctrine de la ley, y llegado A la expresi6n en6rgica que transcribo, puede apre- ciarse el animo de los jueces que decidieron en inayoria el caso, cuando en el voto de uno de ellos se lee esta protest contra la ley, que se acata por sometimiento y no por convicci6n: < Despu6s de muerto el padre que ha de- jado descendencia, jams debiera tolerarse la averiguaci6n de la filiaci6n natural. En el coraz6n del hijo que se ha dormido al santo amor del matrimonio se arraiga un culto A la memorial tan querida y venerada de aquel que le di6 el ser y que para l1 fu6 siempre un modelo de virtud. Tan dulce creencia bruscamente se le arranca, mostrandole desnuda la falta de quien ya no puede defenders para conservar el homenaje merecido y que tal vez sea reem- plazado por el menosprecio. Siempre he credo que el articulo citado no daba derecho d indagar la fliacidn despues de muerto el padre, apesar de lo que expresa la nota del articulo, porque las notas no son la ley, siendo su ex- plicaci6n, que es inoficiosa cuando el texto es claro. La jurisprudencia mis aceptada, la de la Provincia de Bue- nos Aires ha establecido lo contrario, y despu6s de la in- terpretaci6n aut6ntica que se ha hecho en el Congreso, no da lugar a duda alguna. El juez se inclina ante la ley y acata su supremo imperio.> He transcript in extenso esta consideraci6n, tan de- clainatoria como il6gica, porque en ella estA casi la confe- si6n de que el acatamiento a la ley era en el caso mis nominal que efectivo, si aceptando el texto, quedaba el juez bajo la influencia de una opinion adversa al principio EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES consagrado en 61, y podia extremar el rigor del concept de la posesi6n de estado y de su prueba, hasta la dero- gaci6n involuntaria del texto mismo. Hay en el razonamiento y en el pArrafo que lo precede un sofisma, el llamado en 16gica sofisma de generaliza- ci6n: todo el efecto declamatorio surge de la suposici6n de bastaba decir un hijo legitimo, que ha confiado siempre en la virtud de su padre. .. y que por esto niega su san- gre y desconoce como hermano al hijo de su propio pa- dre!... La sentencia supone tambien el absolute desinteres: el pleito s61o tendria lugar para salvar un mentido ho- menaje A la memorial del padre, que si tuvo el hijo fuera del matrimonio cuando era libre, fue porque am6 tambi6n, como am6 A la esposa, y en uno y en otro caso di6 por naturaleza el propio germen de la vida. La misma opinion sostiene que debiera limitarse la indagaci6n de la paterni- dad en el caso en que no existieran hijos legitimos. 13. Encuentrase con frecuencia en el extensisimo voto de que me ocupo, consideraciones doctrinarias contra- dictorias, cuyo anAlisis seria largo y pesado; y asi no es raro encontrar en el mismo, arguments que favorecen la filiaci6n natural poni6ndola en armonia con la just doc- trina. De este g6nero es la observaci6n que se lee en la pigina 177 del tomo citado, en que se advierte que ( tatus, fama, y much menos en la amplitud expuesta por los tratadistas franceses que tanto suenan en las causes de este g6nero, porque ellos comentan una ley contraria A la filiaci6n natural, y en consecuencia, restringen la prueba de la posesi6n de estado, equiparAndola A la que require la de filiaci6n legitima, que segdn facilmente se compren- de debe someterse A otras bases, porque la rigen dispo- siciones muy diversas., Demuestra enseguida porqu6 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD no sea necesario el nomen, y dice de la fama o que no se ha de tomar en el sentido de que todo el mundo sepa que era tratado el individuo como tal hijo, sino en el mis limitado de que lo sepan las personas del trato frecuente del padre y del hijo, y de los que con ellos se hallen en inmediata relaci6n, que son los que ban tenido motives para observer 6 para oir las referencias, porque no es un hecho tan extraordinario, ni de interest tan general que un hombre tenga un hijo natural para que todas aquellas personas a cuya noticia llegue, lo propaguen. Un tal event no se grita A voces en la calle ni se public y se difunde por los diaries., A esto se agrega luego la si- guiente observaci6n, que si no estuviera desmentida por la aplicaci6n dada en el mismo caso discutido, habria mar- cado un criterio muy exacto para la jurisprudencia: -La condici6n, la edad de las personas y otras muchas circuns- tancias, influyen tambien para dificultar la concurrencia del nomen, tractatus,fama, y los jueces han de examiner en los casos especiales cuil sea la prueba factible y sufi- ciente., (pag. 178). Con estas palabras concuerdan las de la pig. 183: el hijo natural, y su prescripci6n seria ilusoria si se hiciese impossible, materialmente, la prueba de la posesi6n de esta- do>. El mismo vocalde la Camara deApelaciones que antici- paba esta observaci6n, segin la cual las dificultades de la prueba no deberian hacer ilusoria la disposici6n de la ley, la hacia 61 ilusoria al analizar la prueba para no en- contrar ningiin testigo que le fuera favorable. 14. No puedo detenerme a exponer todas las razones y la larga discusi6n de aquel caso que se ha torado alguna vez como iltima expresi6n de la justicia y de la ciencia. Respecto de su autoridad juridica, como doctrine, observe en sintesis que de los cinco miembros de la Cimara, dos EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES fundaron su voto en el sentido de la filiaci6n demandada; que a esas dos opiniofes se agrega la del Dr. Cortes, con lo que hay en resimen tres opinions en un sentido y tres en otro. Opinaron decididamente por la filiaci6n natural el Dr. Ger6nimo Cortes, el Dr. Damianovich, y el doctor Abel Bazan; y decidieron la negative el Dr. Bunge, que rebusc6 diez mil razones para negarla, y los Dres. Zavalia e Ibarguren que con escasisimos fundamentos adhirieron A la opinion del Dr. Bunge. Pero la mayoria, lo mismo que la minoria, opinaron en aquella causa que no era necesario la concurrencia de los tres requisitos, He trascripto ya las palabras de la mayoria en aquel sentido y veAnse ahora las de la minoria que se leen en la pAgina 257: < muestra, no esta constituida, como se dice a mi juicio equivocadamente, por el nombre, el trato y la fama, bien que pueden estas circunstancias servir de regla para apre- ciarla, ni puede tener entire nosotros la misma significa- ci6n que en Francia, dada la diversidad de legislaci6n y de costumbres. La ley no ha tratado de proteger enga- flosamente d los hijos naturales determinando su posici6n en el derecho, acordAndoles porci6n hereditaria y negin- doles al mismo tiempo demostrar su filiaci6n. Nues- tras costumbres no tienen admitido que los padres naturales presented a sus hijos a la familiar y d la sociedad, ni siempre hay motives para semejantes presentaciones, ni se explican, desde que quien eso intentase menos incon- venientes tendria para hacer en cualquier forma, como le esti permitido, un reconocimiento expreso. Si todos los dias vemos que un padre natural se titula tio 6 padrino de sus propios hijos, Zc6mo admitir que pasando sobre todo ha- bria de andar publicando sus propias faltas y las de la madre de sus hijos, haciendo aparecer A estos en condici6n desfavorable>? REVISTA DE LA UNIVERSIDAD Mis adelante agrega esta observaci6n acertadisima sobre las eventualidades de la prueba: a una critical muy several, se ha de llegar con frecuencia en la misma posesi6n de estado legitima a conclusions inconvenientes. Todo el mundo lo sabe, pero icomo? Des- graciados muchos hijos legitimos, ante un juez armado de antemano por una doctrine que consider err6nea, con ciertos hechos, y ante una inquisici6n demasiado several de la prueba de posesi6n de estado, cuando circunstancias extraordinarias Ilegaran A exigir 6sta., Una sentencia reciente de primera instancia tomando al pie de la letra el ejemplo de un caso puesto en la nota del art. 325, del C6digo Civil, afirma que con la doctrine del fallo de la causa Leloir ha quedado ya establecido que la posesi6n de estado exige la presentaci6n del hijo a la familiar y a la sociedad, ante cien personas y en diversos actos, cun reconocimiento franco, coram fopulo, exacta- mente como si lo hubiere verificado por escritura pi- blica. ) A esta afirmaci6n contestan desde luego las palabras del mismo fallo, citadas en la pig. 259: ((El hijo natural no cuenta con la fuerza expansive del matrimonio que procla- ma al hijo legitimo, no va a la sociedad por las anchas veredas de las leyes y de las costumbres. O se le re- chaza 6 se le admite; pero si se le admite es precise reci- birlo por donde puede venir, no por los casinos que no se han hecho para 61 y que no los conoce. Ya he dicho antes que yo no consider constitutivos, sino inductivos de la posesi6n de estado, ciertos hechos que ordinariamente pue- den servir de regla para declararla probada., 15. Cierto es que en alguna otra sentencia de los tri- bunales se ha repetido aquel mismo concept de la pose- si6n de estado, pero no es exacto afirmar que la juris- EL RECONOCIMIENTO DE HIJOS NATURALES pruuencia na puesuo ya en claro aquena coctrma y que no haya controversial A su respect. Todo lo contrario. Puede afirmarse que tanto la pretendida exigencia de los tres requisitos, nomen, tractatus, fama, como el de la pre- sentaci6n A la faniilia, A la sociedad y A cien testigos, son hoy palabras y nada mAs que palabras, que ya no valen para privar al hijo natural de los derechos que la ley ha querido reconocerle. Otro Fiscal de la Camara de justisimo criterio, de ilus- traci6n y rectitud, el doctor Marenco, dijo en el dictamen publicado en el tomo 41 pig. 354 de los fallos: actos constitutivos de la posesi6n de estado de los hijos naturales. A los tratadistas de derecho no les ha sido dificil concretar actos que demuestren la posesi6n de es- tado de los hijos legitimos, desde que ella reposa en una presunci6n de derecho basada en el matrimonio, y desde que por otra parte los hijos nacidos de una vinculaci6n legitima que satisface las exigencias legales, no son obje- to de medidas precaucionales para ocultar una falta. No habria raz6n ni equidad en aplicar ese criterio que parte de distintas situaciones juridicas, A los hijos naturales. La jurisprudencia de nuestros tribunales ha apartado en ac- tos como 6stos, la formula nomen, tractatus fama, cuando se trata de inquirir la posesi6n de estado de los hijos na- turales, exigiendo s61o que existan datos y antecedentes suficientes nara convencerse de aue el Dadre ha Dracti- REVISTA DE LA UNIVERSIDAD ducir en el inimo del magistrado el convencimiento de que aquel que pretend ser reconocido judicialmente como hijo natural ha sido tambien reconocido y tenido como tal durante la vida del padre,. 16. En otro fallo que se registra en el tomo 78 pAgi- na 177, el Dr. Gimenez, refiri6ndose A declaraciones ante- riores del mismo tribunal, posteriormente a la causa de Leloir, decia asi: series segunda, pig. 419, y tomo III, series cuarta, pig. 296, y en otras que no consider indispensable enumerar, se ha declarado que para acreditar la posesi6n de estado basta presentar un conjunto de hechos, una reuni6n de antece- dentes capaces de llevar al Animo del Juez el convenci- miento de que el padre ha reconocido como hijo al que sostiene serlo, sin que para ello sea indispensable la con- currencia de los tres elements en que comunmente la doctrine condensa los hechos constitutivos de aquella prue- ba>. En este caso el Dr. Diaz reproducia, para fundar su voto aceptado por mayorfa, la palabra Clel Dr. Cortes en otra de sus visits fiscales, haciendo notar el gravisimo error, aunque bastante difundido, que se compete cuando se pretend aplicar A la filiaci6n natural la definici6n que el c6digo frances dA de la posesi6n de estado, conside- rada respect a los hijos legitimos: < dres es just exigir que 6stos publicamente los hayan re- conocido y tratado como suyos para que pueda compro- barse la posesi6n de estado, pues fuera muy extrafio ciertamente, que siendolo en realidad no los levara con- sigo de continue ni los hubiese presentado A la familiar y A los amigos de cuyas afecciones deben participar; A la sociedad, en fin, que un dia debia reconocerlos por suce- sores. Pero tratAndose de hijos ilegitimos, que han ve- .CONOCIMIENTOS DE HIJOS NATU nido al mundo en contravenci6n a las leyes sociales y a los principios de la moral, lo que necesariamente debe causar rubor a los autores de sus dias, A menos que sean no s61o despreucupados sino tambi6n descarados, seria por cierto un desacuerdo y un desatino exigir A aqu6llos como requisitos de su posesi6n de estado dicha presenta- ci6n solemne a la sociedad y d la familiar, que no la tole- ran nuestras costumbres. Para un hijo natural su pose- si6n de estado en calidad de tal, consistiria en que si bien su padre no haya reconocido por documents su paterni- dad tampoco la negase confesandola quizAs privadamente, y conduci6ndose 61 en todas ocasiones como tal padre, segin suelen hacetlo los demAs en igual caso, con pro- veer a sus necesidadades y procurar su felicidad, lo cual puede demostrarse por una series de hechos bien caracte- rizados que excluyan toda duda,. La CAmara adopt ese criterio para apreciar la prueba presentada en aquellos autos, de que el padre no hizo gala ciertamente de tener esos hijos naturales, ni los presentaba ostensiblemente y solemnemente A la sociedad. En la sentencia del tomo 76, pAgina 298, la Cimara con- firm6 su jurisprudencia sobre posesi6n de estado en los terminos del fallo precedent y declar6 la filiaci6n natural demandada. 17. En el caso de los menores Escola contra la sucesi6n del coronel Escola (i),la CAmara declar6 la filiaci6n recla- mada, y hallAnddse en presencia de la prueba de los ele- mentos nomen y fama, pudo evitar la consideraci6n sobre la respective importancia de los mismos en relaci6n A la posesi6n de estado; pero prefiri6 salvar la distinci6n con estas palabras: (1) Tomo 94, pigina 205. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD posesi6n de estado, sino tambien el nomen y la fama que son de secundaria importancia>. Conclusion 18. La filiaci6n es obra de la naturaleza y no del consen- timiento. El rigor del raciocinio exigiria que la prueba de la filia- ci6n se refiriese a la generaci6n y no 4 la voluntad. La jurisprudencia y la doctrine se han encontrado en presen- cia de la dificultad de la prueba de lo primero, y algunas legislaciones han llegado hasta negar la indagaci6n de la paternidad para evitar los riesgos de una prueba dificil, si no impossible. El autor del c6digo civil, con altisimo cri- terio juridico, separ6 las dificultades de la prueba,-que es lo accidental 6 contingent de la cuesti6n,--del principio juridico que pone A cargo del padre el sustento y educa- ci6n del hijo, y hace al uno heredero del otro, cualquiera que fuese el premuerto. La apreciaci6n de la verdad del hecho segin las pruebas, pertenece A la conciencia de los jueces; el principio de la relaci6n de derecho, a la ley. Cada cosa estaba asi, 16gicamente en su lugar. Conciencias timoratas 6 escrupulosas, y tal vez descon- fianzas en la rectitud de los jueces, introdujeron en el c6- digo, a titulo de fe de erratas, la enmienda del articulo 325. Fu6 un error 6 una falta de sinceridad en los autores de la enmienda, llamar i esto la correcci6n de una errata. Fue tal vez un artificio de los juristas del Congreso para hacer pasar una ley a que los no juristas, de la talla de Sarmien- to, resistian, porque no querian tocar los principios funda- mentales del c6digo civil. Desde entonces, falsa 6 verdadera, la enmienda es ley. En vida del padre se puede probar todo, la generaci6n 6 el reconocimiento, la obra de la naturaleza 6 la de la vo- luntad y el discernimiento. CONOCIMIENTO DE HITOS NATI Muerto el padre s61o se probarA el reconocimiento ex- preso 6 tdcito. Por que medios? Por todos; la ley no ha puesto ninguna limitaci6n. Baste que la prueba se refiera al reconocimiento para que sean admisibles todos los me- dios de prueba, todos los hechos de los cuales pueda in- ferirse el reconocimiento, aun los de la generaci6n misma, si fuera possible, porque con estos se concurriria a confir- mar el reconocimiento. Esta en el orden natural que un hombre reconozca el hijo que cree suyo: las pruebas de que en verdad debe ser suyo confirman la sinceridad del reco- nocimiento. Estas dos observaciones han sido ya advertidas por la jurisprudencia, y resultan de la misma ley. La posesi6n de estado es una prueba de inferencias que el razonamiento descubre entire un hecho y su causa possible. Es toda una prueba de presunciones. Se comienza por presumir que es hijo el que tiene posesi6n de estado, y bien podria no serlo segin la naturaleza. Tienen asi, en esta material, complete eficacia todos los indicios que formen en la conciencia del juez la convicci6n de que es cierta la filiaci6n, de que es cierto el reco- nocimiento, de que es cierta la posesi6n de estado que se intent probar. 19. Citare, pues, para teriinar, las palabras del doctor Bibiloni, contenidas en el trabajo antes recordado, que sin- tetizan con toda exactitud las normas que deben dirigir el criterio del juez ante la ley argentina, en esta cuesti6n sometida A tan diversos regimenes en las distintas legis- laciones. Dice asi: (Ved, espiad si ese hombre, A quien el hijo reclama por su padre, le ha considerado alguna vez como tal, si ha manifestado que era efectivamente cierta su filiaci6n; no os preocupe si le di6 su nombre, porque el nombre poco significa en los primeros afios de la vida en REVISTA DE LA UNIVERSIDAD que no se emplea; tampoco os preocupe much la fama, que puede ser engafiosa; no cuid6is de saber si lo pre- sent6 A su esposa, a la madre, a los amigos de la familiar, porque eso no es probable; sed prudentes, y si lo hallAis s61i- damente establecido por actos que juzgAreis suficientes, aunque luego cesen, sed inexorables, declared la filiaci6n, porque la paternidad no es fuente de deberes que se admi- tan un instant y se desechen luego; porque lo zinico que debemos saber es si es su padre, si hubo reconocimiento, una vez prestado es irrevocable, sea cualquiera la manera en que se haga>. RODOLFO RIVAROLA. DITA r'TlkTTVQ A PDCTTTCrT A SOBRE ALFARERIA FUNERARIA DE LA < POMA (VALLE CALCHAQUI-PROVINCIA DE SALTA) En la 3a expedici6n arqueol6gica de la Facultad de Fi- losofia y Letras i la region por compra, de un coleccionista, una series de objetos, alfa- reria funeraria en su totalidad, procedente de la (i) lugar que dista unos 70 kil6metros al norte de CACHI y situado en el Departamento de Poma, Provincia de Salta. La pequefia colecci6n era bastante uniform y tenia al- gunas piezas interesantes en buen estado, por lo cual juzg6 de valor su adquisici6n para el Museo Etnogrifico de la Facultad de Filosofia y Letras, su director, mi dis- tinguido professor SENOR J. B. AMBROSETTI, quien, pensan- do que esos objetos podrian tal vez agregar un eslab6n mAs i la cadena de inducciones y deducciones que sobre la alfareria prehist6rica se van haciendo, me encarg6 de su (1) Poma, aldea, Salta. Es la cabecera del departamento. Estd situada & orillas del Guachipas, a 240 kil6metros de Salta. Tiene unos 900 habitantes a=2.900 m. CE. (Diccionario geogrdfico argen- tino, por FRANCISCO LATZINA. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD reproducci6n y studio. Deseo expresar por ello al Sefior Profesor Ambrosetti mis mis sentidas gracias. En el Museo Nacional de Buenos Aires, entire la nume- rosa colecci6n de objetos arqueol6gicos que en 61 se hallan, cuentase una series procedente de INCAGUASI (I), lugar si- tuado en el Departamento de Rosario de Lerma, Provincia de Salta, a unos 70 a 80 kil6metros al este de la de donde fu6 traida por D. CARLOS BURMEISTER en 1890, cuando, enviado por el Museo Nacional a fin de traer material para el establecimiento, visit aquellos parajes. Una rApida ojeada nos di6 A conocer que muchos de los objetos de alfareria se asemejan A los que habian llegado al Museo EtnogrAfico de la Facultad de Filosofia y Letras, procedentes de la < hemos constatado al dedicarles mayor atenci6n,-A la par de nuestra series. Aunque seria de indiscutible interns conocer los yaci- mientos en los cuales se hicieron los hallazgos, poco 6 nada sabemos respect A ello. Por relato nos consta que se trata de alfareria que ha formado el ajuar finebre de los enterrados, rito usual entire los antiguos Calchaquis, dado a conocer ya en various trabajos. No todos los objetos han sido hechos con fines exclusi- vamente funerarios, los hay puramente rituales y tambi6n de uso dom6stico, comin y personal, habi6ndose agregado estos Altimos al muerto, A fin de completar su ajuar, ya sea para que en una segunda vida pudiera el difunto sa- tisfacer sus necesidades, ya fuese un sacrificio traido por los deudos, ya un mudo homenaje, ya para implorar la benevolencia de los dioses para el alma del muerto 6 de los sobrevivientes. Las piezas que estudiaremos pertenecen principalmente (1) Ingaguasi, Inca-Huasi 6 Incaguasi, como describe F. LATZINA, ugar poblado, Rosario de Lerma, Salta. a=5.400 m. E )BSERVACIONES AROUEOI6GICAS al tipo como por sus decorados dibujos y simbolos. I El tipo mis sencillo que present la colecci6n de la todas las variedades. Aunque el arte cerdmico evolucione y llegue a perfec- cionarse hasta producer las mas complicadas formas, el tipo primordial perdura A trav6s de los tiempos y serA repro- ducido ad innzunium con mayor 6 menor correcci6n, segin sea el ejecutante un artist 6 un novicio en el arte de moldear. El novicio comienza fatalmente sus ensayos por esas formas, de igual modo como los grandes maestros escultores y pintores, han comenzado su studio por la linea, primordial, element de cuya combinaci6n han sur- gido todas las formas que deleitan nuestra vista, la im- presionan indiferentemente 6 le repugnan. Como hemos encontrado variada perfecci6n morfol6gica dentro de un mismo tipo, hallamos tambien el empleo de distinto material. Los plates simples, representados en la fig. i por el nimero 2424 y por un ejemplar en la colecci6n BURMEIS- TER, nAm. 76, fig. 19, son recipients c6ncavos, de material sumamente tosco, pesado (como el de los ladrillos cuyo color tambien tienen), y de superficie Aspera; descansan sobre un aplanamiento mas 6 menos circular, saliente en su perimetro, lo cual atribuimos al no haber sido secados bien al sol antes de cocidos, habi6ndose asentado entonces por su propio peso. A los plates del mismo tipo simple pertenece el nimero 2470, fie. i, trabaiado con mas perfecci6n, de pasta much DITT'T'A nT' r TA TT TTVTT-TTf A TI mAs liviana, de paredes relativamente delgadas, sin apl namiento bAsico sino perfectamente redondeado y cuid dosamente pulido; sus superficies, interior y exterior, s' lisas y de color negrusco, debido A la substancia utilizat para pulirlo, que ha sido probablemente ollin. 2400 2405 2408 2470 2402 2424 2401 FIG. 1-Grupo de plates simples y plates con asa. (Coleccidn pomeia ) Es fAcil imaginarse que tal plato tenga aspect bastan distinto al de sus compafieros de tipo tosco anteriormen descriptos. Sin embargo, la diferencia de perfecci6n, m trial y base, no pueden ser causa para una clasificacik lo cual no haria sino producer confusion. El SR. AMBROSE' TI (i) ha explicado la dificultad que presentaria tal divisic y la necesidad de prescindir de ella. Considerando, puc (1) J. B. AMBROSETTI Exploraciones arqueol6gicas en la ciud& prehist6rica de nulTWITA ('TnTCWR' A PRTTTWTnT rlTrCA Q esos caracteres como secundarios, como tales los men- )naremos. Como derivacidn inmediata de los plates simples, consi- ramos por un lado A los 1latos con asa y por otro a ; pucos foscos. Un plato simple, con asa impar, redonda, que sale del rde superior y se insert a media altura, tal es el plato 'i asa como estA reproducido en la fig. i, nuims. 2400, o8, 2402 v 2401, y el nfTm. 63 de la colecci6n BURMEIS- ;R (l /cagnudsica) fig. 5. Ovarian por su material, ya tosco, mis fino, por su color, ya adobe, ya negrusco y por su aiaiio, cuyo ni/ninlin.i es de 14 ctm. en la boca y 4 1/2 I. de altura, alcanzando un iiaxtiinLui de 24 ctm. de imetro y 7 ctm. de altura. 2556 FIG. 2 Puco tosco. (Coleccidn ponmefa) Entre la alfareria traida de LA PAYA,), figuran tres emplares de estos plates con asa, de material tosco y de lor adobe. La 2' derivaci6n, el pluco /osco, fig. 2, es un recipient paredes levantadas, y por consiguiente de mayor altura lativa, el cual, colocado boca abajo, represent un cono uncado. Es de igual tipo el nilm. 29 de la colecci6n URMEIS'TER, fig. Ig, asi como tambidn los pucos toscos imneros 1382 y 1383, citados por el SR. AMBROSETTI en- e los < Un puco hay en la coleccidn Pomnna que, siendo del (1) J. B. AMBROSETTI. Ob. cit. p. 135-154. 72 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD mismo material tosco y de forma tosca tambi6n, esti pin- tado de negro en su exterior y de un rojo pilido interior- mente; otro se diferencia por estar pintado de negro y tener paredes reforzadas en el borde superior, provisto ademrs de pequefias asas rudimentarias, diametralmente opuestas, el conjunto de estos pucos produce una impresi6n de rusticidad con tendencia A algo mAs complejo y deben ser la gro- tesca imitaci6n de ejemplares mas perfectos y complicados. De los pucos toscos se derivan A la vez todas las dife- rentes formas de pucos y vasos representantes de la cera- mica. Dentro de nuestras colecciones, la pomefia y la incagudsica caben las siguientes subdivisions de tipos I\ .. ^ lr -^- aoDlan suavely nte grande, sc .palangana. ral, ladrillo, t mente opues luenos y neg 172, fig. 4 Y egoria; son do ctm. de diAm( 74 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD No hemos visto, entire las numerosas colecciones que co- nocemos, tipos iguales. Cuantas diversas formas y variedades pertenecen por su roidal, lo aclaran las figures 4, 5, 6 y 7. 2596 2594 233557 2550 2414 2472 FrG. 4 Pucos pomenios de tipo sub-c6nico Efectivamente, todos los pucos y vasos han sido iniciados de igual modo, despues, segiln se haya desplegado el borde 6 encorvado hacia adentro, se ha dado origen A las nu- merosas variedades cuyo aspect es ademis alterado por el mayor 6 menor grado del reborde asi como por la variaci6n de asas, color y decorado. TTT 65 7 10 47 1 FIG. 5 Grupo de pucos de REVISTA DE LA UNIVERSITY ue igual caregorla y oueuecen a la misma intention, to describiremos en conjunto en sus rasgos principles. FIG. 6- Pucos de borde saliente. (Coleccidn ponmeia) Los hay pertenecientes tanto al tipo sub-c6nico comic semi-esferoidal. El borde en algunos aparece solament, reforzado, figurando un cordon grueso y liso; en otros despu6s de haber sufrido el puco una suave depresidi hacia adentro, el borde se dobla hacia afuera, adquiriend< el recipient cierta elegancia de forms. Una series, de borde reforzado, tiene ademns pequefial asas redondas que salen del border y se insertan en e cuerpo del puco A corta distancia de su nacimiento; en lo; pucos mis chicos el asa esti adherida en toda su exten si6n, en los mis grades el asa esti libre, adherida sola mente en sus dos extremos. Estos pucos estin pulido. de negro exteriormente y de rojo en su interior. Los de mis pucos de borde saliente 6 carecen de asas 6 las tienei de punto, colocadas, ya pr6ximas al reborde, va mis haci, abajo, 4 media altura del cuerpo. La mayoria de esto: pucos son de material fino y tanto el trabajo de moldea: como el pulido, que es negro, se han llevado I la mayo: perfecci6n. A su buena construccidn se debe segurament( \T A O'Tr-VlC A D ITTT Ar_ T' A C hecho que el tiempo y las substancias deteriorantes no n alterado A estos pucos negros, que se nos presentan rfectamente lisos y hasta lustrosos ain. El grupo de fig. 7, merece mis bien el nombre de vasos, ante todo ando el reborde 6 ala es tan grande que llega A cons- uir la mitad del recipient como p. ej. el nim. 70, fig. 5. c. 7 Variedad de formas y tamafios de pucos de borde saliente. ( Coleccidn pomefla) Tambien entire estos vasos hav notables variedades. :ientras en unos el borde saliente es pequefio, en otros ; grande; unos carecen de asas, otros las tienen, va de unto, ya salientes, va de herradura, colocadas en general media altura del cuerpo. La diversidad de tamafios aede apreciarse en la fig. 7, en la cual A la par de los Las pequefios estin representadas las mis grades, asi lismo en la fig. 5, miims. 10, 9, 70 5. Notable es ,-ualmente la variaci6n del material. Hay una series de asos sumamente toscos, de arcillas 1111u pesadas y de iperficie Aspera, completanmelntecorroilos. No sucede lo lismo con unos vasitos de la misma especie, de alfareria na, negros v lustrosos que estin en muy buen estado. Son REVVTSTA TE T.A TTNITVERSfTT ademAs estos fltimos de formas sumamente elegantes, de cuerpo semi-esferoidal y borde grande formando un ala un poco convexa tambi6n. Han sido hechos de una pasta especial, mejor preparada y tenaz, lo cual ha contribuido a su excelente conservaci6n. Especial menci6n merece una series de vasos del mismo tipo, representados por varias piezas de distinto tamafio. El borde saliente forma un ala pequefia, el material es bueno, las paredes regularmente gruesas, unos tienen asas de punto, otros asas de herradura, colocadas A media altura del cuerpo. La superficie interior esti perfectamente pulida de rojo obscure, la exterior tambi6n ha sido pinta- da de rojo y decorada con negro. Vease fig. 8 a. 2455 Fro. 8 a Vaso de borde saliente con decoraci6n de grandes lines. (Coleccidn ponmea ) La decoraci6n es de lo mis sencillo que en ornamenta- ci6n haber puede: rayas gruesas, mas 6 menos equidistan- tes que parten del borde superior y convergen A la base. Procedentes de < unas piezas a )mo tambien encontrara piezas de las que anteriormente emos descripto en este capitulo, de las cuales dice que 1 ante figure el vaso 2456 fig. S b, que se distingue tan )lo por carecer de ala y tener mayor desarrollo de asas. ,a colecci6n cuenta con various de estos ejemplares. 2456 FIG. 8 b- Vaso de grandes asas y con decoraci6n de grandes lines ( Coleccidn pomea a) Un lindisimo vasito de paredes convexas, notable estre- hamiento bucal y gran border saliente, de manera que puede er considerado como vaso de dos zonas, con asas redon- as insertadas en el medio del ala c6ncava y en la part Dnvexa del cuerpo, forma parte tambien de nuestra co- ecci6n. Lo reproducimos en la fig. 9. Su interior esta pu- do de rojo obscure. El material es fino, de color -terraco- z> claro; exteriormente este vasito esta decorado de manera original. La zona de las asas asi como la base circular estAn intadas de rojo obscure y delineadas por un pequefio bor- e negro. Fuera de estas zonas todo el puco esta pintado e negro sobre blanco, siendo la decoracidn angular y de untos, motivo que se encuentra tambien en muchisimos -\Tl~~l~~r 1 T~rA-Tnr~ L -~TTT*~T -\~*- I-~ REVISTA DE LA UNIVERSE ejemplares de otras parties, ya solo, ya combinado con o dibujos. Tanto el color negro como el blanco estdn tante alterados, sinembargo, en algunas parties pudi reconocerlos y fundamos tambien nuestra afirmaci6n e estilo de decoraci6n y los colors empleados en otros jetos. ...- 2. '- . 2426 FrG. 9 Vaso pomerno con decoraci6n angular y de punto! Bastante visible estin los colors en el vasito cagldsicto>> numi. 61, fig. Io. Es algo mis grande qt anteriormente descripto, pero de tipo id6ntico. No s( extraido entero por lo cual ha sido restaurado con Su decoracidn que es completamente semejante a la vasito /omelci'o, difiere tan solo algo en el dibujo a lar que es mAs compiejo y present por eso un mn mis bonito v variado. Los espacios libres, formados po angulos, estin ocupados por una series de puntos. Se nifiesta en estas piezas, construidas v ornamentadas el mayor esmero, el espiritu artistic de sus ejecuta Este tipo de vasos s e sin duda derivacion del vaso rn sentado en la fig. 8 a. OBSERVACIONES ARQUIOL6GICAS 8I Seis pucos hay, interesantisimas piezas con decoracidn Sdos, tres y cuatro colors. Por su forma pertenecen al :ipo de borde saliente y aplanado, que 4 principios de este :apitulo hemos considerado; todos tienen asas salientes uera del mis pequefio en el cual son de forma de he- radura. i61 10 Vaso pequefio de IxoGAGAsi. Decoraci6n angular y de puntos El 1ntim. 2-44 es nlico ejenplar, trabajado con sumna per- eccidn. Tanto su cuerpo semi-esferoidal de pequefia base ircular hundida, como su borde, su interior v sus asas, estan nuy bien pulidos. Sonuamente peculiar es su decoracion a os colors; dividido verticalinente con respect la hori- ontal de !as asas, tiene la una mitad negra la Itra roja; lo eproducimos por el dibujo fig. 11. Debe halber sido, aun utre vasijas de ceremonial, un objeto de lujo, y .su aspect x6tico, comparindolo con la alfarerfa calchaqui, nos hizo uponer quc estamos en presencia de una pieza la cual, si lien fu6 encontrada en una tumba de la I'oMAA, tiene ue haber legado a estas regions, de otra parte (i). Si /I x IT ..r .. . Iternada. referencia, no nos dieron resultado mientr, various museos, confirm nuestra presunci6n el Pro: Dr. CAPITAN, quien en Paris nos prest6 su amable a) por lo cual le quedamos muy agradecidos. Asegur que conoce pucos y otros objetos various, ornamentado igual manera y procedentes de la meseta peruana (Rt de Tiahuanaco). Los otros pucos de esta series son de superficie int, pulida de rojo obscure y tienen como decoracion exti el tan conocido motive de la serpiente. 2447 FIG. 11 Puco fino peruano decorado 6 dos colors ( Coleccion pomena) En el puco mas grande reconocimos perfectament empleo de cuatro colors; el fondo ha sido pintadc blanco y los dibujos ejecutados en tonos de rojo, negi gris (i). Estd tan deteriorado que apenas puede rec cerse el motivo. El puco 2450 fig. 12 y 13 nos ha permitido, por mejor estado de conservaci6n, reconocer el dibujo en tb (1) Gris es la coloraci6n actual, si antes tambidn ha tenidc tinte 6 si es cualquier otro color que ha sido alterado por el tie no lo podemos determinar. OBSERVACIONES ARQUEOLOGICAS 83 detalles. Este puco nos ha dado la Have para inter- tar a los demis. 2450 [G. 12 Puco con decoraci6n zoomorfa. ( Coleccidn pomera) Jna zona ancha de color rojo, que pasa por la region de asas, divide al puco en dos parties. Ambos lados pre- tan el mismo dibujo, repetido con admirable exactitud. FIG. 13 Detalle del puco N0. 2450. (Coleccidn pomenaa) r medio del rayado representamos el rojo, por medio del negro, el negro) ,a figure predominant es una S grande, colocada hori- talmente como convene por la forma del recipient. So- (' .--1 ,1 -- ^^ ^ / .^1 -, .^ -- -/ ^ ^ *- ^ ^r ^ 1 ^ -/L^ 1 ntaci6n del puco estA comp REVISTA DE LA UNIVERSIDAD que por parte son angulares y cuyos espacios en forma de triangulo estAn a su vez ocupados por puntos, todo de color negro. No cabe duda que esta ornamentaci6n es zoomorfa, la v2 represent A la simb6lica serpiente. En sus distintos trabajos 6 interesantes publicaciones sobre alfare- ria calchaqui, el Sr. AMBROSETTI ha dado A conocer mu- chisimas piezas que presentan tal ornamentaci6n (i). Entre los pucos de cas, etc., pag. 65-72), los hay, no solamente con la represen- taci6n de una serpiente, sino tambien las demAs lineas que completan la decoraci6n se asemejan A la ornamentaci6n de los ejemplares pome~os, estando estos iltimos much mejor hechos. La serpiente del puco fig. 12 no ha sido representada con todo detalle como se las encuentra en los pucos de del artist ha colocado al disefio de la serpiente, ojos, boca y si possible tambien orejas. En nuestro dibujo puede ob- servarse que la tal c3 del lado derecho es mis gruesa y tiene el extreme redoblado, ha de representar la parte ca- pital mientras que el otro extreme, mas delgado, en el cual la linea roja se aguza y una de las negras se pierde antes de llegar a la punta, es sin duda la region caudal. Se trata de una finisima y acabada estilizaci6n, much mis artistic que las representaciones completamente rea- les con sus grotescos trazos. Es notable el primor con que se han ejecutado todas las lines de la ornamentaci6n com- plementaria. Muy distinto parece A primera vista el vaso 2462 fig. 14, pero todo el tipo del recipient hace presumir que no (1) J. B. AMBROSETTI El Simbolo de la serpiente en la alfa- rerfa funeraria de la Regi6n Calchaquf. Boletin del Instituto Geo- grdfico Argentino. Tomo XVII cuadernos 4, 5 y 6. Buenos Aires, 1896. SERVACIONES ARQUEOLOGICAS sino un puco de la misma clase y de decoraci6n zoomor- como los que acabamos de considerar. 2462 IG. 14 Puco con decoraci6n zoomorfa. ( Colecci6n pomefia) Las mtiltiples estilizaciones cuya evoluci6n se ha podido Ilizar, han demostrado cuan variadas v atrevidas formas -gen de un misnmo motivo, de la misma primordial in- icion. El puco 2462, fuera de ser de igual material v ma como los anteriores, tiene el mismo tipo de colora- n ornamental: una gran zona roja atraviesa la region las asas, delineada por un pequefo borde negro y los ores rojo, negro y gris detallan la figure median. Esta esenta el aspect de grann Angulo' cuyo vNrtice apoya el borde superior del vaso. El conjunto, la disposici6n los colors, la ornamentaci6n complementaria, que, si ,n no igual, se asemeja A la de los otros vasos, hacen poner que el motivo decorative principal tambidn sea a serpiente, aunque muv estilizada. Un studio mis de- lido nos permit reconocer una parte capital, marcada r un encabezamiento negro en uno de los extremes entras el otro extreme, por adelgazamiento se da A co- cer como parte caudal. La ornamentacidn lateral com- ementaria, A la cual no atribuiamos significado alguno, considerada como simbdlica por los Sres. AiIBROSETTI y LPITAN; ambos profesores creen se hava intentado repre- [tar cabezas de sermientes. Esperaremos que otras piezas WVVT7T'rA T )T T.A TTNTVIXTV'R nos proporcionen los datos que nos faltan para poder cons tar las tan variadas suposiciones; en presencia de un uni ejemplar no se puede afirmar nada. El decorado del puquito 2437, aunque bastante deterio: do por la acci6n del salitre, pudo ser reconocido y reconstr do. Dividido en dos parties por la zona roja que atravie la region de las asas, tiene, de ainbos lados, el mismo dibt que en los pucos grades lbenos descripto. ** * 2457 FIG. 15- Detalle del puco No. 2457, con decoraci6n zoomorfa ( Coleccidn pamenla) Pintado de blanco el fondo, se ha trazado con pintura negi el disefio simb6lico ornamental, la serpiente. Su disposici6n distinta de lo que la indicamos en los pucos anteriores; < vez de tener enroscados los extremes, se estira en line suavemente ondulada; fig. 15. Formada por tres bandas distingue por career de zona median roja, que ha qu dado del color fondo del puco. Si hubiese sido roja, habr vestigios de ello, siendo este color el mAs resistente A 1< efectos del salitre y de las aguas. Los espacios circunda: tes estin ocupados por lines curvas y puntos negros, dis fios, a nuestro juicio, de intenci6n puramente ornament, (Continuard) J. A. DILLENIUS. )NGRESO TNTERRNA.TON AMERICANISTAS VIENA (1908 )-XVI SESI6N MEMORIAL DEL DELEGADO DE LA UNIVERSIDAD NATIONAL DE BUENOS AIRES De acuerdo con lo resuelto por la XIII Sesi6n de Nue- va York, habiendo tenido lugar la anterior en Quebec, esta se celebr6 en Viena sigui6ndose asi el orden establecido de que las reuniones de este Congreso deben ser alterna- das cada dos afios, entire America y Europa. Los tres miembros nombrados por el Congreso de Que- bec, sefiores FRANZ HEGER, EUGENIO OBERHUMMER Y EMILIO TIETZE para correr con todos los trabajos de la organizaci6n del Congreso de Viena, dieron principio a su cometido formando un comity provisorio bajo la presidencia del BARON WILHELM VON WECKBECKER, consejero aulico y jefe de la repartici6n del gran Chambelan de Su Majes- tad Imperial y Real el Emperador de Austria y Rey de Hungria. A este comit6 fueron incorporadas personalidades salien- tes en las ciencias y en las universidades de Austria como el Profesor KARL TOLDT, el Dr. LEO BOUCHAL, el Prof. KARL AUSSERER, el Dr. MATTHAUS MUCH, el Profesor RITTER VON SHOELLER de la Sociedad Antropol6gica de Viena; el Dr. EDUARDO BRTUCKNER el Dr. KARL. DIENER, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD el Dr. JosE RITTER VON KARABACEK, el Dr. LEo REI- NISCH, el Dr. RICHARD WALLASCHEK, de la Universidad de Viena; el Dr. FRANZ WIESSER RITTER VON WIESEN- HORT de la Universidad de Innsbruck; el Dr. RUDOLF ZUBER y el Dr.- JOSEF SIEMIRADZKI de la Universidad de Leopold; el Dr. OSCAR LENZ de la Universidad de Praga; el Dr. ROBERT SIEGER y el Dr. HUGO SCHUCHARDT de la Universidad de Graz: los Sefiores JoSEP SZOMBATHY, Dr. MICHAEL HABERLANDT, el Dr. FRANZ STEINDACHNER del Museo Imperial y Real de Historia Natural de Viena, el CONDE KARL LANCKORONSKI-BRZEZIE y el R. P. WIL- HELM SCHMIDT editor de la conocida 6 important revista < Con este brillante comit6 de organizaci6n y con el apoyo decidido de las mas altas personalidades como el ARCHI- DUQUE RAINER que acept6 el titulo de Protector y la PRINCESS TERESA DE BAVIERA, los condes LEOPOLD GU- DENUS, HANS WILCZECK, el Ministro de Cultos e Instruc- ci6n PAblica Dr. GUSTAV MARCHET, el Dr. KARL LUEGER bourgomestre de la ciudad de Viena, el Dr. VON ROFES- TEIN, Rector de la Universidad de Viena, el Dr EDUARDO DUEF, Presidente de la Academia Imperial de Ciencias y el BAR6N ADRIAN WERBURG Presidente de honor de la Sociedad de Antropologia de Viena, quienes aceptaron el titulo de Presidentes de honor, el Congreso de America- nistas tenia asegurado un 6xito positive, como efectiva- mente lo obtuvo. Doscientos cincuenta y seis miembros y noventa y cua- tro adherentes respondieron al llamado del Comite; trece naciones europeas, ocho americanas y una asiftica (el Ja- pon) se hallaron representadas por medio de delegados oficiales. La Reptblica Argentina contribuy6 con tres delegados, veintitr6s miembros de los cuales estuvieron presents seis y la representaci6n 6 adhesion de ocho instituciones 6 so- 0O INTERNATIONAL DE AMERIC ciedades cientificas. Nuestro c6nsul general en Viena se- fior GERMAN BURMESTEIR en su calidad de delegado del Gobierno Nacional presidi6 la representaci6n argentina y ademAs como conocedores de nuestra Repfiblica 6 vincula- dos de cierta manera A ella estuvieron en el Congreso el Dr. KARL VON DEN STEINEN uno de los principles americanistas exploradores del Chingti, de las Islas Marquesas y d quien el Museo de Etnograffa de Berlin es deudor de tantos ser- vicios efectivos, el Dr. RODOLFO HAUTHAL hoy director del R6mer Museum de Hildesheim, el GENERAL ARENT ex Director y fundador de nuestra escuela Superior de Guerra, el ingeniero WILLIAM HERMANN explorador del Pilcomayo y el senior ALBERTO FRIC viajero del Chaco, quien llev6 un indio chamacoco del alto Paraguay, especi- men raro en una ciudad como Viena y d quien aprove- charon los miembros de la Sociedad Antropol6gica de esa ciudad para estudiarlo ampliamente a lo que se prest6 con toda buena voluntad. No dejaremos de mencionar tambien entire los asistentes al Dr. RICHARD ANDRA que durante tantos aiios fue re- dactor del < que tiene tanta difusi6n en el mundo cientifico, el doc- tor HERMANN MEYER, Director del Museo de Leipzig y explorador del Brasil, el Dr. PAUL TRAEGER, de la Socie- dad Antropol6gica de Berlin, el Prof. DIERKES, el Prof. L. DE L6czY, Director del Instituto y Museo Geol6gico de Buda-Pest, quien sirvi6 de guia despu6s a los miembros del Congreso en una interesante excursion por el Lago Balaton. El comit6 de organizaci6n tuvo la feliz idea de repartir entire los miembros extranjeros una series de publicaciones referentes A la ciudad de Viena; entire ellas un album de vistas lujosamente impresas, una buena guia escrita en francs y varias expl6ndidas monografias editadas por el Ministerio de los Ferro Carriles para el uso de los turis- 90 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD tas, sobre los paisajes austriacos, sports de invierno, etc. Tambien se preocup6 en nombrar comisiones de adhe- rentes al Congreso domiciliados en Viena para que sirvie- sen de acompafiantes a los delegados extranjeros; a noso- tros nos cupo la suerte de ser atendidos por los doctors E. TIETzE y KARL. ZAJICEK de cuya cultural esquisita y buena voluntad conservaremos siempre grato recuerdo. * La Universidad de Viena hosped6 dignamente al Con- greso y en la gran sala de fiestas tuvo lugar la solemne apertura con gran concurrencia de autoridades universita- rias, delegados y miembros, ante un pfiblico select de da- mas y caballeros. Despu6s de un conceptuoso discurso del Dr. KARL TOLDT y del president del Comit6 de Organizaci6n, que se resolvi6 en una sesi6n preparatoria continuara ocupan- do ese puesto en efectividad, se di6 principio d la lecture de algunos trabajos. Entre ellos merece especial menci6n el del Profesor FRANZ BOAS de la Columbia University de Nueva York sobre los resultados de la < esta bien pensada y meditada expedici6n y los trabajos que entonces habian empezado A publicarse. Debida 4 la munificencia del gentil caballero Mr. Mo- RRIS K. JESUP, cuya muerte deploran con justicia los ame- ricanistas, esta expedici6n ha podido reunir un material colosal tanto etnogrAfico lingiiustico y de folklore de las tribus del Nordoeste de Am6rica y Nordeste de Asia que permitirA de una manera inequivoca establecer las rela- ciones que han existido entire ambas y las reciprocas in- fluencias que se han ejercitado entire ellas. VI drirpr-nr dri P pynpdririn -1 T)l RonA mannfp~I- rRESO INTERNATIONAL DE AMERICANIt que se habian encontrado evidencias de emigraciones 6 in- tercambio entire las tribus de la costa del Nordoeste y que nunca estuvieron establecidas de un modo stable sino mis bien en un continue estado de movimiento. Tambien se han establecido, antiguas relaciones con los pueblos siberianos, y el PROFESOR BOAS cree que antes del period glacial se produjo una emigraci6n de Siberia a Am6rica y mis tarde se repiti6 el fen6meno en sentido in- verso. Ya en la sesi6n de Stuttgart de 1904, el SR. JOCHELSON, miembro de esta expedici6n, llam6 la atenci6n sobre las singulares analogias que constat6, entire las leyendas y mitos de las tribus de ambos continents de esa region Nordoeste; 1e se referia sobre todo a la tribu muy antigua, paleo asidlica de los Koriacos de Siberia. Los trabajos de la Misidn Jesup se terminaran de pu- blicar en breve, y ellos se completarin con los que lle- vari a cabo la gran misi6n rusa proyectada por el PROF. RIABOUSCHINSKY, que se propone estudiar las poblaciones indigenas del extreme Nord Este de Asia, Kamtchatka e islas Aleoutianas. * El venerable americanista SIR CLEMENTS MARKHAM, de Londres present dos memories, una sobre el valor del manuscript de Sarmiento publicado por la benemerita REVISTA DE LA UNIVERSIDAD por el Inca; Los dos grandes Incas, Pachacutec y Tupac; Fecha de la implantaci6n del sistema socialist incAsico; La administraci6n de las nuevas colonies, etc.; y termin6 encareciendo la necesidad de cotejar los textos de los cro- nistas espafioles para hacer la luz sobre estos puntos entire tanto escrito colonial. La otra memorial vers6 sobre la similitud entire las es- culturas de Tiahuanaco y los de la Piedra de Chavin de Huintar, refiriendo ambas a la misma cultural y 6poca. En esto no estamos de acuerdo con el distinguido ame- ricanista. En el Museo EtnogrAfico de nuestra Facultad se halla un molde de dicha piedra, de tamafio natural, y ademAs una reducci6n de la gran puerta de Tiahuanaco; estudiadas ambas comparativamente y vali6ndonos de la magnifica obra de los sefiores UHLE y STUBEL sobre este iltimo punto no llegamos al mismo resultado; ambas tec- nicas son muy diversas entire si 6 indudablemente, por lo menos, pertenecen 4 dos 6pocas. * Sin ocuparnos del estricto orden cronol6gico de la lec- tura de los trabajos nos parece mAs convenient agrupar- los por materials. Por esto es que continuaremos con los que se refieren al Perui. El reputado americanista Dr. MAX UHLE, director del Museo Nacional de Lima, se ocup6 especialmente de las Intiluatanas 6 adoratorios solares, mostrando por medio de las proyecciones luminosas un copioso material. En otro trabajo disert6 sobre las poblaciones primitivas que habitaron los alrededores de la ciudad de Lima, y por fin, tratQ de la importancia arqueol6gica que tenian los sambaquies 6 KJOEKKENMOEDDINGS, comunes en la costa del Peru, en los que ademis de los restos de comidas, con- CONGRESS INTERNATIONAL DE AMERICANISTAS chas de moluscos en su mayor parte, se suelen hallar frag- mentos de alfareria que permiten fijar la edad aproximada de los mismos. Tiahuanaco fue objeto de otra comunicaci6n del senior JULIO NESTLER de Praga, en la cual expuso la necesidad de hacer nuevas exploraciones en la localidad. * * Despu6s del Peri, M6xico prest6 su contingent arqueo- 16gico de gran interns. El conocido americanista, doctor EDUARDO SELER del Museo de Berlin, autor de numerosos trabajos notables en los que tanto ha colaborado su gentil sefiora, present tambien en el congress, disert6 sobre la de Chichen-Itza, situada en Yucatan, destruida por los espafioles en 1697; y por fin comunic6 al congress el re- sultado de los trabajos de la comisi6n encargada de dicta- minar sobre el precioso adorno de plumas con aplicacio- nes de oro que posee el Museo Imperial de Viena, el que parece haber servido de mitra en ciertas ceremonies rituales. Este admirable especimen del arte plumario de los anti- guos mexicanos fue objeto de una monografia escrita por el professor FRANK HEGER, inserta al fin del CatAlogo de las riquezas Arqueol6gicas y Etnograficas de America, que posee el Museo Imperial de Historia Natural de Viena, con que el comit6 de organizaci6n obsequi6 A los miem- bros del congress. El capitan L. WOLLMAR se ocup6 de la escritura gero- glifica azteca, en un breve trabajo. El professor G. V. CALLEGARI, de PAdua, present un studio sobre el antiguo Mexico, impreso en dos tomos en el que ha hecho una sintesis de lo publicado sobre esa civilizaci6n. La sefiorita ADELA BRETON, autora de las pacientes c6- pias de las pinturas murales que se hallan en las ruinas de Yucatan y viajera de largos afios en Mexico, mostr6 al congress la copia de un gran piano de Tenochtitlan, que se halla en el Museo Nacional de M6xico, destinado a ser agregado a la edici6n de Bernal Diaz, que la < En otra disertaci6n la sefiorita Breton se ocup6 de la supervivencia de algunos ritos antiguos en los bailes de los indios modernos de M6xico. El senior STANSBURY HAGAR, de Nueva York, ya cono- cido por sus trabajos sobre los simbolos astron6micos pe- ruanos, present un studio sobre los elements anilogos que se encuentran en los zodiacos mayas y mexicanos, comparAndolos A su vez con sus similares del Perd y de Oriente. De acuerdo con esto hizo notar que ya no se trataria de puras coincidencias producidas por el ingenio human, por causes anAlogas, y record aprop6sito, lo expresado ya por Humboldt sobre un intercambio pre-colombiano entire los pueblos antiguos de uno y otro hemisferio, puesto que no se pueden aceptar influencias reciprocas en este sen- tido en la 6poca post colombiana. El senior HAGAR cree que un studio bien encaminado del simbolismo astron6mico mexicano, serA muy prove- choso en el sentido de ayudar a descifrar los geroglificos Mayas y Andinos tan poco conocidos ain en cuanto A su interpretaci6n. Estas antiguas relaciones entire los pueblos de America y del Viejo Mundo, fueron objeto de varias comunicacio- nes del conocido arque6logo francs el DR. CAPITAN, titu- lar de la cAtedra de arqueologia americana del Colegio CONGRESS INTERNATIONAL DE AMERICANISTAS de Francia, que el meritorio DUQUE DE LOUBAT ha fun- dado en Paris. El DR. CAPITAN con palabra fAcil y elegant, ayudado por nitidas proyecciones luminosas, trat6 sobre el entrela- zado cruciforme que tanto abunda en los vasos y conchas grabadas de los mounds de los Estados Unidos y que entire los geroglificos mexicanos represent el Oro. Este ornamento tan complicado, en la decoraci6n china y japonesa, es frecuente y en el Tibet expresa la idea del < Curioso es que se halla tambien frecuentemente en los aros merovingios, descubiertos en Galia. Record 4 prop6sito, la coincidencia del hallazgo del signo de la Swastica en ambos hemisferios, que mereci6 el interesante studio del DR. WILSON publicado en el Smithsonian Institution de Washington. Un segundo trabajo fu6 dedicado A los grandes anillos de levar sobre el pecho que se hallan figurados sobre los personajes de los codices mexicanos, haciendo notar que son id6nticos en formas y dimension con los que se en- cuentran en la China y Jap6n y que sirven para asegurar el manto A ciertos sacerdotes budistas. Estos anillos son de jade. Mencion6 de paso el hallazgo de anillos de jaedita, concha y esquisto en Galia, pertenecientes A la 6poca neo- litica y el uso de los mismos sobre el pecho por los indi- genas actuales de Nueva Guinea. El tiltimo trabajo se refiri6 al empleo de los huesos con entalladuras transversales (generalmente humans) entire los mejicanos antiguos, como instrument musical en ciertas ceremonies y que ellos llamaban Omichi cahuatzli (I); este instrument es usado adn por los indios de los (1) En el Museo Prehist6rico Etnografico y Kircheriano de Roma, existe un magnifico ejemplar hecho con un femur human que Ileva unido por medio de una cadenita A una concha para producer el so- nido por frote. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD actuales Pueblos del sud oeste de Estados Unidos, pero de madera, sobre el cual frotan un homoplato. El DR. CAPITAN present un ejemplar de hueso hallado en el c6lebre yacimiento de Laugerie Haute (Francia) muy caracteristico, al que le atribuye el mismo empleo, 6 hizo notar que el hallazgo de estas piezas de hueso y ain de cuerno, es bastante frecuente en Francia, en los yaci- mentos de la 6poca del reno. * Volviendo A la arqueologia sud americana que tanto interns tiene para nosotros, mencionaremos los trabajos de los sefioress MARSHAL, H. SAVILLE y GEORGE GRANT MAC CURDY, ambos de los Estados Unidos. El primero trat6 sobre sus investigaciones arqueol6gi- cas en la Costa de las Esmeraldas (Repiblica del Ecua- dor) continuaci6n de la expedici6n que hace algin tiempo sostiene en esa Repfblica el senior GEORGE G. HEYE, de Nueva York, y cuyos resultados ban empezado A publi- carse con gran lujo bajo el titulo de < prende un studio sobre las antigiiedades de la Provincia de Manabi por el mismo PROF. SAVILLE. La conferencia fu6 muy interesante y en ella mostr6 al congress las lIminas ya impresas del tomo II pr6ximo A aparecer en el que se described entire otras cosas muy curiosas, alhajas de oro de esa region. El PROF. MAC CURDY siguiendo las huellas de los tra- bajos arqueol6gicos del ilustre Prof. WILLIAM A. HOLMES de Washington, se ocup6 de la evoluci6n de la figure del aligator 6 caiman en el arte ceramico de la Provincia de Chiriqui, de la Nueva Repiblica del PanamA, basado principalmente en las colecciones valiosas de la Universidad de Yale. CONGRESS INTERNATIONAL DE AMERICANISTAS 97 Este trabajo es el segundo de esta indole, habiendo presentado el anterior sobre la evoluci6n de la figure del armadillo, 6 peludo en el Congreso de Quebec. El DR. ENRIQUE GIGLIOLI, de Florencia, uno de los mis grandes conocedores de la etnografia actual y po- seedor de una de las mIs valiosas colecciones de objetos de la 6poca de la piedra, 6 que se relacionan con ella, describi6 algunos pectorales de piedra y concha preco- lombianas de Venezuela y dos objetos rarisimos de piedra de las Antillas. El que 6sto describe, habiendo merecido el alto honor, como delegado de la Universidad Nacional de Buenos Aires de ser nombrado Vice Presidente del Congreso, y habi6ndole Ilegado el turno de presidir, se ocup6 de reba- tir las ligeras afirmaciones que los seiiores EURICO BO- MAN y LEON LEGEAL hicieron en el Congreso de Quebec sobre la cuesti6n calchaqui, expresando al mismo tiempo la obra y los trabajos llevados A cabo hasta ahora en el campo de la arqueologia argentina por la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, obra y trabajo que constant en un folleto que alli se reparti6 profusamente, extractado de la Revista Inter- nacional cAnthropos> cuya direcci6n tuvo a bien pedirme su inserci6n. Tambi6n se repartieron a los especialistas y entire ellos A 1i DT-Trrc A Tr A A\TTCD inc 1-rtTno ni--l- 1-oAn-c In REVISTA DE LA UNIVERSIDAD brillante disertaci6n de este autor de tan importantes tra- bajos sobre las antigiiedades de esa Repdblica, siendo el uiltimo publicado el que se refiere a las de la Costa del Pacifico, en las Memorias del Museo Carnegie de Pitts- burg. El DR. HARTMANN es tambi*n inventor de un aparato llamado Photographon que esta llamado a reemplazar al gran grammphon. La historic colombiana y post colombiana, recibi6 tam- tambi6n un valioso contingent. El delegado espafiol PROFESSOR DON ANTONIO SANCHEZ MOGUEL, de Madrid, disert6 sobre la intervenci6n de Fray Hernando de Talavera, en las negociaciones de Col6n ante los Reyes cat6licos. El DR. A. WIRTH de Munich, sobre una autobiograbia de Franz Urban Rawiers, de 1720. El delegado de Belgica DR. JUAN DENUCt se ocup6 de los antiguos mapas de Am6rica, de la escuela de los Reinel, que habia publicado parcialmente en un trabajo de la Universidad de Gand, bajo el titulo de < hallazgos cartogrAficos efectuados iltimamente en Italia, entire otros, con el pequefio Mapa Mundi del Hermano Barbolan, de 1514, reproducido en el Geographical journal de Londres, en Febrero de 1908. Otra notable comunicaci6n fu6 la del Profesor DR. FRANZ RITTER VON WIESER de Innsbruck sobre el Mapa Mundi de Pedro Desceliers del afio 1553 cuya copia fotogrdfica de tamafio natural ilustr6 su conferencia. Dias despues nos fu6 dado ver el original en el castillo de Kreuzenstein, donde se hall en poder de su duefio el Conde Hans von Wilczek. RESO INTERNATIONAL DE AMERICAN Ibl mismo FROFESOR WIESER obsequio6 los miembros del Congreso con una magnifica edici6n de la parte de America de < con el texto original en espafiol, reproducci6n facsimilar de los mapas y una valiosa introducci6n critical del distin- guido professor. El SR. MANUEL M. DE PERALTA, resident en Paris, envi6 un trabajo sobre los aborigenes y la cartografia de la America Central especialmente en la region comprendida entire los 8 y 15 grades de latitud Norte. El PROFESOR SAKAKI, de Kioto, disert6 sobre el pais < tara de America y con acopio de datos, espuso una nueva interpretaci6n por la cual parece que esta region discutida se refiriese a la parte Norte del Jap6n actual. * La Secci6n de Linguistica aport6 valiosos materials. Muy important fue la conferencia del Rev. PADRE SCH- MIDT redactor en jefe del < un sistema modern que satisface todas las exigencias, y prometi6 un trabajo complete que sera publicado en breve. Es de desear que el sistema del P. SCHMIDT tenga exito para terminar de una vez con la anarquia que existe entire los lingiiistas en cuanto a transcripciones, que ha conclui- do por llenar de mayores dificultades el studio de las len- guas que su recopilaci6n entire las tribus indigenas. El DR. DENUCt anunci6 la pr6xima publicaci6n de un vocabulario de la lengua Yahgan de la Tierra del Fuego que estA encargado de editar. Esta important contribuci6n A la lingiiistica de los in- REVISTA DE LA UNIVERSIDAD dlos de nuestra republica se debe a la expedition Antar- tica de tado social tan bajo de esa tribu fueguina en la 6poca actual, la que desgraciadamente tiende a desaparecer con toda rapidez, minada por la tuberculosis. Muy interesante fud el cambio de ideas sobre el mejor modo de publicar este vocabulario en el que intervinieron el PROFESSOR BOAS, el P. SCHMIDT y el DR. DENUCA. La Sociedad Americana de Etnologia present al Con- greso el primer volfimen de sus publicaciones editadas por el Profesor Boas que contiene <,Textos de los indios Fox> por el Sr. WILLIAM JONES. Es una valiosa contribuci6n al Folk Lore Algonkino cuvo material fue recogido en los afios 1901 y 1902 prin- cipalmente entire los Foxes de Yowa. La American Ethnological Society se propone continuar publicando muchos otros trabajos similares. El REV. FRANZ HESTERMANN di6 lectura de un studio muy concienzudo sobre el idioma Pano y sus relaciones con otras lenguas americanas. El Rev. P. A. G. WORICE sobre El verbo en las lenguas de los D6n6es. Muy discutido fu6 el trabajo del Dr. Wirth sobre al- gunos puntos de la Teoria de Trombetti y sobre una con- nexi6n presunta entire las lenguas americanas y asiaticas. (Conclulrd). J. B. AMBROSETTI. De la Facultad de Filosofia y Letras y Delegado de la Universidad Nacional de Buenos Aires. |
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